"Queremos que el mundo entero oiga que este pueblo es independiente, que no se deja dominar por nadie", declaró Michelleti durante actividades oficiales.
Los hondureños festejaron hoy la independencia divididos, aunque sin incidentes, por la crisis generada por el golpe de Estado contra el presidente Manuel Zelaya, cuyos seguidores marcharon al margen del desfile oficial, en el que prácticamente sólo participaron militares y policías.
Mientras el "desfile cívico-militar" organizado por el Gobierno de facto recorría un tramo de un bulevar hasta desembocar en el Estadio Nacional, donde se encontraba el nuevo presidente, Roberto Micheletti, miles de simpatizantes de Zelaya celebraron una multitudinaria manifestación en otro sector de Tegucigalpa.
En ninguna de las marchas desarrolladas hoy en Honduras hubo hechos violentos, según las autoridades.
En el desfile oficial no participaron colegios de educación media ni otros sectores de la sociedad civil, tal y como se había anunciado, lo que provocó que el Estadio Nacional, con capacidad para 40.000 espectadores, estuviera apenas lleno a mitad de la jornada.
Aviones A-37 Dragonfly, T-27 Tucano y F-5 de la Fuerza Aérea Hondureña, así como paracaidistas, protagonizaron acrobacias aéreas durante la celebración que, según dijo Micheletti a la prensa, presenciaron "más de 35.000 personas".
Micheletti estuvo en el palco presidencial junto a los titulares del Parlamento y de la Corte Suprema de Justicia, Alfredo Saavedra y Jorge Rivera, respectivamente; el alcalde de Tegucigalpa, Ricardo Álvarez, del opositor Partido Nacional, y funcionarios del Gobierno.
Con este desfile "demostramos al mundo entero que estamos juntos y que la mayoría del pueblo quiere esta paz", subrayó Micheletti a los periodistas tras culminar la celebración con su saludo a la bandera nacional.
"Queremos que el mundo entero oiga que este pueblo es independiente, que no se deja dominar por nadie", sentenció.
Los militares mostraron en el desfile parte de su equipo de artillería, infantería, naval y aéreo, mientras que la policía se hizo representar con su cuerpo de antimotines, la unidad canina y patrullas motorizadas, entre otras.
También hicieron una demostración de caballos de raza y poderosas motocicletas.
Por otro lado, en la marcha organizada por el Frente de Resistencia contra el Golpe de Estado, en la que actuaron bandas, "palillonas" (animadoras) y grupos artísticos de colegios públicos, se exigió que Zelaya sea reinstalado en el poder, tal y como se ha reiterado en continuas manifestaciones desde el 28 de junio pasado.
"Es impresionante ver, a 80 días (del golpe), cómo la resistencia crece", destacó el dirigente campesino Rafael Alegría, uno de los coordinadores del frente popular.
Añadió que la marcha fue "enorme", hasta el extremo de que el bulevar por donde pasó "fue insuficiente".
"La gente siente que nos aproximamos a una victoria", afirmó Alegría, quien anticipó que "la venida del presidente (Zelaya), sin lugar a dudas, está cerca", y destacó que el movimiento social busca "la segunda independencia" del país.
Los manifestantes que exigen el retorno del orden constitucional llevaban pancartas con mensajes contra el golpe de Estado y a favor de Zelaya y la democracia.
Además, corearon consignas como "¡Fuera Micheletti!", "¡Morazán, los golpistas ya se van!" y "¡Urge venga Mel!", entre otras.
Personas de todas las edades, algunas en sillas de ruedas por limitaciones físicas, participaron en el desfile contra el golpe de Estado, que recorrió más de tres kilómetros hasta llegar al centro histórico de la capital hondureña.
Las calles de acceso para llegar al Estadio fueron cerradas por miembros de la policía y el Ejército. EFE
Mientras el "desfile cívico-militar" organizado por el Gobierno de facto recorría un tramo de un bulevar hasta desembocar en el Estadio Nacional, donde se encontraba el nuevo presidente, Roberto Micheletti, miles de simpatizantes de Zelaya celebraron una multitudinaria manifestación en otro sector de Tegucigalpa.
En ninguna de las marchas desarrolladas hoy en Honduras hubo hechos violentos, según las autoridades.
En el desfile oficial no participaron colegios de educación media ni otros sectores de la sociedad civil, tal y como se había anunciado, lo que provocó que el Estadio Nacional, con capacidad para 40.000 espectadores, estuviera apenas lleno a mitad de la jornada.
Aviones A-37 Dragonfly, T-27 Tucano y F-5 de la Fuerza Aérea Hondureña, así como paracaidistas, protagonizaron acrobacias aéreas durante la celebración que, según dijo Micheletti a la prensa, presenciaron "más de 35.000 personas".
Micheletti estuvo en el palco presidencial junto a los titulares del Parlamento y de la Corte Suprema de Justicia, Alfredo Saavedra y Jorge Rivera, respectivamente; el alcalde de Tegucigalpa, Ricardo Álvarez, del opositor Partido Nacional, y funcionarios del Gobierno.
Con este desfile "demostramos al mundo entero que estamos juntos y que la mayoría del pueblo quiere esta paz", subrayó Micheletti a los periodistas tras culminar la celebración con su saludo a la bandera nacional.
"Queremos que el mundo entero oiga que este pueblo es independiente, que no se deja dominar por nadie", sentenció.
Los militares mostraron en el desfile parte de su equipo de artillería, infantería, naval y aéreo, mientras que la policía se hizo representar con su cuerpo de antimotines, la unidad canina y patrullas motorizadas, entre otras.
También hicieron una demostración de caballos de raza y poderosas motocicletas.
Por otro lado, en la marcha organizada por el Frente de Resistencia contra el Golpe de Estado, en la que actuaron bandas, "palillonas" (animadoras) y grupos artísticos de colegios públicos, se exigió que Zelaya sea reinstalado en el poder, tal y como se ha reiterado en continuas manifestaciones desde el 28 de junio pasado.
"Es impresionante ver, a 80 días (del golpe), cómo la resistencia crece", destacó el dirigente campesino Rafael Alegría, uno de los coordinadores del frente popular.
Añadió que la marcha fue "enorme", hasta el extremo de que el bulevar por donde pasó "fue insuficiente".
"La gente siente que nos aproximamos a una victoria", afirmó Alegría, quien anticipó que "la venida del presidente (Zelaya), sin lugar a dudas, está cerca", y destacó que el movimiento social busca "la segunda independencia" del país.
Los manifestantes que exigen el retorno del orden constitucional llevaban pancartas con mensajes contra el golpe de Estado y a favor de Zelaya y la democracia.
Además, corearon consignas como "¡Fuera Micheletti!", "¡Morazán, los golpistas ya se van!" y "¡Urge venga Mel!", entre otras.
Personas de todas las edades, algunas en sillas de ruedas por limitaciones físicas, participaron en el desfile contra el golpe de Estado, que recorrió más de tres kilómetros hasta llegar al centro histórico de la capital hondureña.
Las calles de acceso para llegar al Estadio fueron cerradas por miembros de la policía y el Ejército. EFE
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