Los videos muestran al hombre, que habla mandarín, rodeado de fotógrafos de prensa mientras una muchedumbre le espeta: "¡Vuelve a China continental!".
Un video filmado por periodistas en Hong Kong, en el que se ve a un oficinista chino siendo agredido por un manifestante prodemocracia mientras una muchedumbre le grita "¡Vete a tu casa!", provocó una gran indignación en las redes sociales chinas.
"¿Cómo pueden golpearle hasta el punto de hacer que pierda las gafas, simplemente porque habla mandarín y piensa que 'todos somos chinos'?", se preguntaba en Weibo un internauta bajo el pseudónimo de Aubrey.
"Hay que arrancar las raíces [de Hong Kong] y no dejar nada detrás", apuntaba otro. "Hemos sido demasiado tolerantes".
La agresión, cuyo origen es desconocido, ocurrió el viernes. Unos videos grabados por periodistas y manifestantes muestran a un hombre, con camisa blanca, siendo golpeado en la cara varias veces por otro, vestido de negro y con la cara tapada, frente a la puerta de una sucursal de JPMorgan en una zona comercial de Hong Kong.
Bloomberg News informó que la víctima era un empleado del banco estadounidense, que por su parte anunció en un comunicado interno a su personal que tomará medidas para reforzar la seguridad en sus oficinas.
Los videos muestran al hombre, que habla mandarín, rodeado de fotógrafos de prensa mientras una muchedumbre le espeta: "¡Vuelve a China continental!".
En un momento dado, se escabulle hasta la puerta del edificio, se gira y grita: "¡Todos somos chinos!".
Poco después, un hombre vestido de negro llega y le propina varios puñetazos en la cara.
Las imágenes fueron enormemente compartidas en las redes sociales, donde cualquier información sobre la crisis en Hong Kong es controlada de cerca.
Un comentario en Weibo en la que se calificaba al empleado de "muy valiente" había sido visionado el domingo por la mañana por más de 11,2 millones de veces, y había recibido 91.000 "me gusta".
Desde hace cuatro meses, Hong Kong atraviesa su peor crisis política desde la retrocesión por parte de Reino Unido, en 1997, con manifestaciones casi diarias para denunciar una pérdida de libertades y la creciente influencia del gobierno chino en los asuntos de esa región semiautónoma, y también para exigir reformas democráticas. (AFP)
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