Un expedición australiana estudió ballenas y probó que se puede recolectar información importante sin necesidad de asesinarlas, como hace Japón.
La caza de ballenas que efectúa todos los años Japón por razones científicas es innecesaria, insistió un equipo formado por expertos de Australia, Francia y Nueva Zelanda a su regreso de una misión en la Antártida.
El ministro australiano de Medio Ambiente, Peter Garrett, indicó que la expedición pasó seis semanas en la Antártida estudiando ballenas, principalmente las jorobadas, y probó que se puede recolectar información importante sobre ellas sin necesidad de asesinarlas, como hace Japón.
Garrett añadió que los datos científicos obtenidos se presentarán en la próxima asamblea de la Comisión Ballenera Internacional, que se celebrará en Marruecos en junio.
Por su parte, el jefe de la expedición a la Antártida y director del Centro Australiano de Mamíferos Marinos, Nick Gales, señaló que la información que han conseguido permitirá a la comunidad científica conocer mejor las pautas de apareamiento y migración de las ballenas.
La Comisión Ballenera Internacional tiene prohibido desde 1986 la caza con fines comerciales para tratar de conservar la especie, pero Japón cuenta con permisos especiales para la captura con fines "científicos".
Los balleneros japoneses prevén pescar este año cerca de 1.000 cetáceos. EFE
El ministro australiano de Medio Ambiente, Peter Garrett, indicó que la expedición pasó seis semanas en la Antártida estudiando ballenas, principalmente las jorobadas, y probó que se puede recolectar información importante sobre ellas sin necesidad de asesinarlas, como hace Japón.
Garrett añadió que los datos científicos obtenidos se presentarán en la próxima asamblea de la Comisión Ballenera Internacional, que se celebrará en Marruecos en junio.
Por su parte, el jefe de la expedición a la Antártida y director del Centro Australiano de Mamíferos Marinos, Nick Gales, señaló que la información que han conseguido permitirá a la comunidad científica conocer mejor las pautas de apareamiento y migración de las ballenas.
La Comisión Ballenera Internacional tiene prohibido desde 1986 la caza con fines comerciales para tratar de conservar la especie, pero Japón cuenta con permisos especiales para la captura con fines "científicos".
Los balleneros japoneses prevén pescar este año cerca de 1.000 cetáceos. EFE
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