Kaing Guek Eav fue acusado por la hija de uno de los diplomáticos asesinados de convertir la escuela de Tuol Sleng en una ´una maquina de aplastar seres humanos´.
El jefe torturador del Jemer Rojo, Kaing Guek Eav, admitió hoy ante el tribunal para el genocidio de Camboya su responsabilidad por las ejecuciones de diplomáticos camboyanos que fueron encarcelados en la prisión de Tuol Sleng durante el régimen.
Kaing Guek Eav, conocido por Duch y de 66 años, se inculpó ante los jueces después de que la hija de uno de los diplomáticos asesinados le acusara de convertir la antigua escuela de Tuol Sleng en una "una maquina de aplastar seres humanos".
"Acepto mi responsabilidad" dijo el acusado, el primero de los cinco miembros de la jerarquía del Jemer Rojo que es juzgado por crímenes de guerra y contra la humanidad en el tribunal internacional auspiciado por Naciones Unidas.
Neary Ouk, de 34 años e hija del diplomático camboyano Keth Ouk y de la francesa Martine Lefeuvre, relató que la última vez que vio a su padre fue cuando tenía dos años.
"Regresó para contribuir a la reconstrucción de Camboya, y yo crecí sin padre", señaló la testigo llamada al estado por los abogados de la acusación civil contra Duch.
Antes Martine Lefeuvre, de 56 años, dijo ante los jueces que su marido volvió a Camboya a principios de 1977 cuando ejercía de tercer secretario de la embajada camboyana en Phnom Penh, y recibió una carta oficial por la que se le pedía que regresara para ayudar a la reconstrucción de su país.
El nombre de Keth Ouk figura en una de las listas de las personas que fueron encarceladas en Tuol Sleng, por donde pasaron al menos 14.000 víctimas antes de que fueran ejecutadas en el campo de exterminio de Choeung Ek, a las afueras de Phnom Penh.
Unos pocos meses después de que el Jemer Rojo asumiera el poder en abril de 1975 y formara un gobierno, el ministerio de Asuntos Exteriores, encabezado por entonces por Ieng Sary, envió cartas a los miembros del servicio diplomático pidiéndoles que regresaran a Camboya.
La mayoría de los diplomáticos que regresaron fueron detenidos nada más poner pies en su país y conducidos a los campos de trabajo forzados o a los centros de tortura.
Ieng Sary figura entre los otros cuatro ex destacados miembros del Jemer Rojo que están encarcelados y a la espera de juicio por su implicación en el genocidio de Camboya, donde 1,7 millones de personas murieron a causa de la hambruna, enfermedades y las purgas ordenadas por la cúpula del régimen que sucumbió en enero de 1979 tras tres años y nueve meses en el poder. EFE
Kaing Guek Eav, conocido por Duch y de 66 años, se inculpó ante los jueces después de que la hija de uno de los diplomáticos asesinados le acusara de convertir la antigua escuela de Tuol Sleng en una "una maquina de aplastar seres humanos".
"Acepto mi responsabilidad" dijo el acusado, el primero de los cinco miembros de la jerarquía del Jemer Rojo que es juzgado por crímenes de guerra y contra la humanidad en el tribunal internacional auspiciado por Naciones Unidas.
Neary Ouk, de 34 años e hija del diplomático camboyano Keth Ouk y de la francesa Martine Lefeuvre, relató que la última vez que vio a su padre fue cuando tenía dos años.
"Regresó para contribuir a la reconstrucción de Camboya, y yo crecí sin padre", señaló la testigo llamada al estado por los abogados de la acusación civil contra Duch.
Antes Martine Lefeuvre, de 56 años, dijo ante los jueces que su marido volvió a Camboya a principios de 1977 cuando ejercía de tercer secretario de la embajada camboyana en Phnom Penh, y recibió una carta oficial por la que se le pedía que regresara para ayudar a la reconstrucción de su país.
El nombre de Keth Ouk figura en una de las listas de las personas que fueron encarceladas en Tuol Sleng, por donde pasaron al menos 14.000 víctimas antes de que fueran ejecutadas en el campo de exterminio de Choeung Ek, a las afueras de Phnom Penh.
Unos pocos meses después de que el Jemer Rojo asumiera el poder en abril de 1975 y formara un gobierno, el ministerio de Asuntos Exteriores, encabezado por entonces por Ieng Sary, envió cartas a los miembros del servicio diplomático pidiéndoles que regresaran a Camboya.
La mayoría de los diplomáticos que regresaron fueron detenidos nada más poner pies en su país y conducidos a los campos de trabajo forzados o a los centros de tortura.
Ieng Sary figura entre los otros cuatro ex destacados miembros del Jemer Rojo que están encarcelados y a la espera de juicio por su implicación en el genocidio de Camboya, donde 1,7 millones de personas murieron a causa de la hambruna, enfermedades y las purgas ordenadas por la cúpula del régimen que sucumbió en enero de 1979 tras tres años y nueve meses en el poder. EFE
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