La llegada y regreso de los deportistas a sus casas supone gran impacto ambiental por las emisiones del transporte que utilizan, consumo de papel y plástico y el gasto de electricidad.
Más de 340.000 corredores participan cada año en España maratones y carreras populares en España, lo que causa una serie de impactos ambientales que se deben, fundamentalmente, a sus desplazamientos en vehículo privado hasta el lugar de la competición.
Nadie contabiliza el número exacto de este tipo de pruebas que se celebran en el país y la cifra de deportistas podría fácilmente duplicarse, afirman expertos consultados por EFE.
La Federación Española de Atletismo cuenta las pruebas de ruta -de 10 kilómetros en adelante- de su calendario nacional: un centenar a las que acudieron en 2014 más de 340.000 personas, pero matiza que ni están todas ni necesariamente son las más multitudinarias.
La llegada y posterior regreso de los deportistas a sus lugares de origen supone el mayor impacto ambiental debido a las emisiones del transporte que utilizan, al que se suman otros como el consumo de papel y plástico y el gasto de electricidad.
Una de las últimas ediciones del Maratón de Madrid calculó su huella de carbono y arrojó que la ratio de emisiones fue de 0,17 TCO2e/corredor (toneladas de dióxido de carbono equivalente).
Si se multiplica esta cantidad por sus 11.000 participantes, el resultado son 1.870 toneladas de dióxido de carbono o lo que es lo mismo: equivalen a 1.100 Ford Fiesta con motor diesel que recorren 15.000 kilómetros en un año.
Según explica Laurent Sainctavit, de la Fundación Ecología y Desarrollo (Ecodes), de los 11.000 participantes de dicho maratón, más de 1.300 eran de fuera de España y su medio de transporte el avión.
Las aeronaves tienen el factor de emisión más alto entre los diferentes medios de transporte posibles (coche, tren, autobús, metro...), lo que explica que esta huella de carbono sea tan alta, matiza Sainctavit.
"Un maratón menos internacional que el de Madrid tendrá un impacto bastante más reducido (debido al porcentaje más elevado de corredores locales)".
Según explican desde la Federación de Atletismo y el presidente de la Asociación Internacional de Maratones y Carreras de Distancia (AIMS), el español Paco Borao, la conciencia verde de estos eventos deportivos quizá no sea comparable con la de países como Alemania y Japón, pero España también aplica medidas desde aproximadamente 2007 y cada vez más organizadores se plantean la sostenibilidad.
Según Borao, el fenómeno del "running" se ha transformado en la posible promoción de una multitud de sectores distintos, que organizan carreras "para cualquier cosa".
Su asociación otorga anualmente un premio al maratón más verde, entre ellos el de Tokio -que neutralizó -compensó- su huella de carbono o el de Frankfurt.
De todos modos, Borao se pregunta si no habría que tener en cuenta el impacto ambiental que de todos modos se produciría en una gran ciudad, con o sin corredores, y restarlo. "Pero no es fácil".
Aparte de las emisiones, los más sostenibles se preocupan también por aspectos como el reciclaje de los residuos, el uso de coches o motos eléctricas por parte de la organización y bonos gratuitos de transporte público, concluye Borao.
En España, la Maratón Atlántica CORUÑA42 apuesta por la sostenibilidad: emplea motos eléctricas durante el recorrido para acompañar a los participantes; usa energía limpia para los puestos de control; tiene un servicio de recogida de atletas en hoteles así como el transporte en autobús a meta para minimizar el transporte individual, y el plano del circuito y los folletos de información son de papel reciclado.
También realiza una recogida de datos relacionados con el consumo de energía eléctrica y combustibles fósiles con el fin de efectuar el cálculo de la huella de carbono, plantear propuestas de reducción, y proponer proyectos de compensación y acciones.
EFE
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