Otras 73 personas permanecen todavía desaparecidas tras el temblor de 7.1 grados que dejó además unos 12.000 heridos, de los que 1.400 se encuentran en situación grave.
El número de muertos por el potente terremoto que el pasado 14 de abril sacudió la provincia occidental china de Qinghai se elevó hoy a 2.203, según el último recuento de los equipos de rescate oficiales.
Otras 73 personas permanecen todavía desaparecidas tras el temblor, de 7,1 grados de magnitud en la escala abierta de Richter, que dejó además unos 12.000 heridos, de los que 1.400 se encuentran en situación grave, informó la agencia oficial de noticias Xinhua.
Sin embargo, los monjes tibetanos que estaban ayudando en las tareas de rescate facilitaron a la prensa desplazada a la zona, datos de víctimas mortales más elevados que los oficiales, indica hoy el rotativo independiente "South China Morning Post".
Según esta fuente, los monjes budistas tibetanos, que desde el primer día ayudaron en las tareas de rescate, informaron el 17 de abril de que habían incinerado hasta 2.110 cadáveres cuando el recuento oficial se mantenía todavía en 1.484, pero después de esa fecha no volvieron a facilitar datos a los periodistas.
A pesar de que el lema del régimen tras el temblor ha sido "Estamos unidos", este diario relata las profundas divisiones entre la etnia tibetana y la china, enemistadas desde que las tropas comunistas chinas se anexionaran definitivamente la región en 1951.
El 10 de marzo de 1959, el Dalai Lama se exilió a la India tras liderar una fallida revuelta contra el régimen chino, que dejó más de 10.000 muertos y obligó a emigrar a unos 100.000 tibetanos junto a su líder espiritual, y desde entonces la región se ha sublevado en diversas ocasiones contra Pekín, la última en 2008.
Durante las tareas de rescate tras el seísmo, los tibetanos acusaban a los efectivos chinos de llegar a la zona para sacarse fotos para la propaganda oficial en supuestas tareas de rescate, y los chinos supervivientes acusaban a los tibetanos de no facilitarles los materiales de ayuda que llegaban.
La zona donde se registró el epicentro del seísmo, Yushu, es una de las diez prefecturas tibetanas distribuidas en provincias chinas fuera de la región autónoma del Tíbet, lo que se conoce como el "Tíbet histórico" cuya unidad reclama el Dalai Lama.
En este sentido, la prensa extranjera denunció que los monjes tibetanos, que en estos dos años se han unido a los levantamientos, fueron expulsados de las tareas de rescate y obligados a regresar a sus lamaserías, oficialmente porque ya no eran necesarios, extraoficialmente para frenar el creciente entusiasmo por su heroísmo entre su etnia.
En este contexto, las autoridades de asuntos civiles anunciaron el sábado que subirán la asignación mensual a los huérfanos, viudos e inválidos que ha dejado el terremoto hasta unos mil yuanes por persona durante tres meses (146 dólares, 109 euros), desde los 600 yuanes estándar.
Las familias de los muertos, incluidos tibetanos y chinos de etnia han emigrados a la zona, recibirán 8.000 yuanes en subsidios (875 dólares) por cada muerto.
EFE
Otras 73 personas permanecen todavía desaparecidas tras el temblor, de 7,1 grados de magnitud en la escala abierta de Richter, que dejó además unos 12.000 heridos, de los que 1.400 se encuentran en situación grave, informó la agencia oficial de noticias Xinhua.
Sin embargo, los monjes tibetanos que estaban ayudando en las tareas de rescate facilitaron a la prensa desplazada a la zona, datos de víctimas mortales más elevados que los oficiales, indica hoy el rotativo independiente "South China Morning Post".
Según esta fuente, los monjes budistas tibetanos, que desde el primer día ayudaron en las tareas de rescate, informaron el 17 de abril de que habían incinerado hasta 2.110 cadáveres cuando el recuento oficial se mantenía todavía en 1.484, pero después de esa fecha no volvieron a facilitar datos a los periodistas.
A pesar de que el lema del régimen tras el temblor ha sido "Estamos unidos", este diario relata las profundas divisiones entre la etnia tibetana y la china, enemistadas desde que las tropas comunistas chinas se anexionaran definitivamente la región en 1951.
El 10 de marzo de 1959, el Dalai Lama se exilió a la India tras liderar una fallida revuelta contra el régimen chino, que dejó más de 10.000 muertos y obligó a emigrar a unos 100.000 tibetanos junto a su líder espiritual, y desde entonces la región se ha sublevado en diversas ocasiones contra Pekín, la última en 2008.
Durante las tareas de rescate tras el seísmo, los tibetanos acusaban a los efectivos chinos de llegar a la zona para sacarse fotos para la propaganda oficial en supuestas tareas de rescate, y los chinos supervivientes acusaban a los tibetanos de no facilitarles los materiales de ayuda que llegaban.
La zona donde se registró el epicentro del seísmo, Yushu, es una de las diez prefecturas tibetanas distribuidas en provincias chinas fuera de la región autónoma del Tíbet, lo que se conoce como el "Tíbet histórico" cuya unidad reclama el Dalai Lama.
En este sentido, la prensa extranjera denunció que los monjes tibetanos, que en estos dos años se han unido a los levantamientos, fueron expulsados de las tareas de rescate y obligados a regresar a sus lamaserías, oficialmente porque ya no eran necesarios, extraoficialmente para frenar el creciente entusiasmo por su heroísmo entre su etnia.
En este contexto, las autoridades de asuntos civiles anunciaron el sábado que subirán la asignación mensual a los huérfanos, viudos e inválidos que ha dejado el terremoto hasta unos mil yuanes por persona durante tres meses (146 dólares, 109 euros), desde los 600 yuanes estándar.
Las familias de los muertos, incluidos tibetanos y chinos de etnia han emigrados a la zona, recibirán 8.000 yuanes en subsidios (875 dólares) por cada muerto.
EFE
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