"La intención del comandante general de la Policía nuevo y su alto mando es hacer público el sentimiento real de disculpas que siente", dijo ministro del Interior.
La Policía de Ecuador, protagonista de la revuelta del pasado 30 de septiembre, durante la que fue retenido el presidente del país, Rafael Correa, en un hospital de la institución, prepara unas disculpas públicas al país, señaló hoy el ministro del Interior, Gustavo Jalkh.
"Hay un sentimiento de arrepentimiento en la Policía Nacional muy fuerte" sobre los sucesos de hace una semana, indicó Jalkh a la emisora Radio Quito y dijo que seguramente el nuevo comandante de esa fuerza pública, Patricio Franco, lo expresará al país próximamente.
"La intención del comandante general de la Policía nuevo y su alto mando es hacer público el sentimiento real de disculpas que siente" la institución, remarcó el ministro.
Jalkh opinó que ese sentimiento "no se ha expresado, quizá, con la dimensión y el perfil público" que debería tener actualmente, debido a que el mando policial se encuentra "desbordado de trabajo" con la reorganización interna.
Sin embargo, los integrantes del alto mando "lo van a hacer, sin duda, en los próximos días (...) ese reconocimiento", reiteró Jalkh, tras señalar que "la Policía tiene que reencontrarse con la sociedad".
El pasado jueves cientos de policías mantuvieron retenido casi todo el día en un hospital de la institución a Correa, quien fue liberado en la noche en medio de un operativo de fuerzas especiales del Ejército, en el marco de unos disturbios calificados por el Gobierno como un intento de golpe de Estado.
Las protestas de policías y militares, que se generaron en rechazo de la eliminación de incentivos salariales y profesionales, saldaron con al menos ocho muertos en todo el país.
El ministro del Interior dijo hoy, asimismo, que el Gobierno continuará con el proceso de modernización que emprendió hace algunos meses en esa fuerza pública, tarea basada en un cambio que incluya "beneficio social para la Policía" y una "reforma institucional".
Con ese objetivo, "hemos avanzado con muchos oficiales que tienen una mentalidad moderna de lo que tiene que ser la institución policial", aunque "hay grupos que se oponen, que quieren seguir con las prácticas violatorias de derechos humanos del pasado", remarcó.
"Hay gente que quiere que la Policía no le rinda cuentas a nadie, pero la gran mayoría sí lo quiere, quiere seguir avanzando en los cambios", apostilló Jalkh.
EFE
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