La funcionaria Lesley A. Enriquez recibió varios disparos al salir de una fiesta. En tanto, México ha movilizado unos 50.000 militares para perseguir a los carteles.
Agentes del FBI llegaron a Ciudad Juárez (norte de México) para investigar el asesinato de una funcionaria consular de Estados Unidos, su esposo y el marido mexicano de otra empleada de la misma delegación, en dos ataques simultáneos atribuidos al narcotráfico.
El sábado la funcionaria consular Lesley A. Enriquez y su esposo, recibieron varios disparos al salir de una fiesta de cumpleaños en una camioneta junto a su hija de un año.
Casi al mismo tiempo, otro escuadrón de sicarios atacó el auto en que el mexicano Jorge Alberto Salcido, esposo también de una funcionaria del consulado, viajaba con sus dos hijos de 4 y 7 años, que resultaron heridos.
El equipo de la Agencia Federal de Investigaciones (FBI) colabora con las investigaciones que realizan sus similares mexicanos, indicó una fuente de la procuraduría (fiscalía) local.
Los cadáveres de los dos estadounidenses fueron trasladados este lunes por petición de la familia a la vecina ciudad de El Paso (Texas) para ser sometidos a un segundo examen forense, informó también la fiscalía.
Una camioneta, que al parecer esta relacionada con los ataques, fue hallada quemada en las afueras de la ciudad.
Por su parte, Washington decidió cerrar el martes el consulado de Ciudad Juárez, "para evaluar su dispositivo de seguridad", explicó a la prensa el portavoz del Departamento de Estado, Philip Crowley.
"Estamos indignados. Queremos que los asesinos sean presentados ante la justicia", añadió.
La "información intercambiada con agencias federales estadounidenses" permitió establecer como línea de investigación que los agresores "pertenecen a la pandilla de "Los Aztecas"", señaló en un comunicado el estado de Chihuahua.
"Los Aztecas" son una banda creada hace más de una década por mexicanos en cárceles estadounidenses y se ha convertido en el principal soporte del cartel de Juárez en su defensa de las rutas de trasiego de drogas.
Los gobiernos de Estados Unidos y México anunciaron su intención de colaborarse en las investigaciones.
El presidente Felipe Calderón tiene previsto llegar a Ciudad Juárez este martes, mientras que el procurador general (fiscal) Arturo Chávez viajó este lunes para supervisar las pesquisas en el terreno.
Políticos mexicanos creen que el triple asesinato busca socavar el apoyo de Washington a la lucha antidroga, fundamentado en la iniciativa Mérida para la cual el Congreso estadounidense ha aprobado el desembolso de 1.300 millones de dólares en tres años.
"Nos quieren enfrentar con Estados Unidos ahora que estamos trabajando juntos especialmente en la frontera en la persecución de estas pandillas", señaló Felipe González, líder oficialista de la Comisión de Seguridad del Senado.
Los alrededores del consulado de Ciudad Juárez, la mayor delegación de su tipo de Estados Unidos con cerca de 16.000 metros cuadrados, eran vigilados por patrullas policiales.
El alcalde José Reyes Ferriz, explicó a periodistas que la seguridad del consulado se había reforzado, tras una amenaza reciente de bomba.
La ciudad de 1,3 millones de habitantes, vivió un fin de semana tenso con más de 20 homicidios, sobre un total de cien asesinatos registrados en México -más del doble de lo habitual- durante el prolongado feriado por el nacimiento de Benito Juárez.
Estados Unidos advirtió a sus ciudadanos sobre riesgo de viajar a México y autorizó a los funcionarios de los consulados de las ciudades de Tijuana, Nogales, Ciudad Juárez, Nuevo Laredo, Monterrey y Matamoros a que envíen a sus familiares a su país.
Ciudad Juárez, considerada la localidad más violenta de México con 2.660 asesinatos en 2009, viene siendo disputada por los cárteles de Juárez y Sinaloa, según informes de la Procuraduría.
El cártel de Juárez es liderado por Vicente Carrillo Fuentes, por quien Estados Unidos ofrece cinco millones de dólares de recompensa.
México ha movilizado unos 50.000 militares -6.000 en Ciudad Juárez-, para perseguir a los carteles, aunque sin lograr frenar la violencia que ya cobró 15.000 muertos desde 2006.
AFP