México, que vive una ola de violencia, ha denunciado que los carteles de las drogas en ese país se abastecen de armas en el mercado estadounidense, con las que están matando a cientos de personas.
El Gobierno mexicano expresó hoy su beneplácito por la decisión de Estados Unidos (EE.UU.) de obligar a las armerías en los estados de Texas, California, Arizona y Nuevo Mexico, fronterizos con México, a reportar ventas múltiples de armas de asalto.
Al saludar la medida, la Secretaría Técnica del Consejo de Seguridad Nacional dijo en un comunicado que el Gobierno de México seguirá trabajando de manera estrecha con el de Estados Unidos para "mejorar las condiciones de seguridad para las comunidades de ambos lados de la frontera".
Esa colaboración, sostiene el documento, será bajo el principio de corresponsabilidad, confianza mutua y respeto a la jurisdicción de cada país.
México, que vive una ola de violencia, ha denunciado que los carteles de las drogas mexicanos se abastecen en el mercado estadounidense de armas largas, con las que están matando a cientos de personas, principalmente rivales, policías y militares, en una guerra que ha dejado un saldo de 40.000 muertos en casi cinco años.
El Departamento de Justicia de EE.UU. pretende con esta medida reforzar la vigilancia sobre las armas que circulan ilegalmente desde Estados Unidos a México.
La medida se aplicará "sólo a las ventas múltiples" de esos tipos de rifles a la misma persona durante un periodo de cinco días.
Los puntos de venta de armas de Arizona, California, Nuevo México y Texas estarán obligados a transmitir esa información a la Oficina de Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF).
La ATF ampliará así su capacidad para detectar y acabar con las redes de tráfico ilegal de armas responsables de desviar la venta de armas del comercio legal a las organizaciones criminales.
La tensión en el Congreso estadounidense sobre la venta ilegal de armas a México se acentuó el mes pasado, cuando los legisladores recibieron un informe que declaraba fallido el operativo "Rápido y Furioso", en el que Estados Unidos perdió el rastro a unas 2.000 armas.
Un arma estadounidense vendida en Texas fue la utilizada por presuntos sicarios mexicanos para asesinar al agente de la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE) Jaime Zapata el 15 de febrero pasado en el estado mexicano de San Luis Potosí. EFE
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