“Con una sola ruta a la cumbre, los retrasos causados por el hacinamiento podrían ser fatales", escribió el montañista británico Robin Haynes Fisher, días antes de su muerte en el Everest.
El montañista británico Robin Haynes Fisher, de 44 años, murió el pasado 25 de mayo cuando descendía de la cumbre del Everest de lo que parecía ser un mal de altura a 8,600 metros. "Un montañero británico llegó a la cima esta mañana, pero se desmayó y murió 150 metros más abajo", afirmó Murari Sharma de la Expedición Everest Parivar.
En una de sus últimas publicaciones en Instagram y previo a su ascenso, Robin Fisher, advirtió sobre el riesgo del hacinamiento de montañistas hacia la cumbre del Everest, lo que ha originado en gran parte el elevado número de muertes.
“Tengo la esperanza de evitar las multitudes en el día de la cumbre y parece una serie de equipos que están presionando para llegar a la cumbre el 21”, escribió Fisher el 19 de mayo. “Con una sola ruta a la cumbre, los retrasos causados por el hacinamiento podrían ser fatales, así que espero que mi decisión de ir a la 25 suponga menos personas. A menos que todos los demás jueguen el mismo juego de espera”, advirtió antes de su muerte.
Hacinamiento en el Everest
Robin Haynes Fisher es uno de los nueve escaladores que murieron en el Everest en la temporada de escalada 2019 debido a que las condiciones en la montaña más alta del mundo se volvieron letales. Las últimas expediciones aún presentes en el Everest intentaban el lunes llegar a la cumbre, al término de una temporada mortal marcada por los atascos en la "zona de la muerte" y los llamamientos a regular los ascensos.
"Sólo quedan algunos alpinistas del lado de Nepal, que subirán el lunes. Podemos decir que la temporada está casi terminada" dijo a la AFP Gyanendra Shrestha, el responsable gubernamental de la montaña de 8.848 metros.
Los peligros propios de la extrema altura, así como a los "atascos" de alpinistas provocados por el gran flujo de montañistas se han cobrado la vida de diez personas este año. Se trata de la temporada más cruenta en el Everest desde 2015. El año pasado murieron cinco personas.
"Muerte y caos"
El número total de personas que llegaron esta temporada a la cumbre no se conoce, pero podría superar el récord de 807 alpinistas, establecido el año pasado. Este año Nepal concedió para la temporada de primavera un récord de 381 permisos, al precio de 11.000 dólares cada uno. China otorgó unos 140.
Cada titular de un permiso va acompañado por al menos un guía, lo que explica los atascos en las alturas. La semana pasada dio la vuelta al mundo una foto del montañista Nirmal Puja que muestra una fila india de alpinistas muy abrigados arrastrando sus botas de escalada.
Desde que las autoridades nepalesas liberalizaron el ascenso a esta montaña en los años 1990, las expediciones comerciales aumentaron y por lo tanto el número de alpinistas. La cima del Everest fue alcanzada por primera vez en 1953 por el neozelandés Edmund Hillary y el nepalés Tenzing Norgay.
(Con información de AFP)
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