Djerassi, fallecido a los 91 años de edad en EEUU, defendió toda su vida, frente a los críticos de su invento, la creciente libertad que buscan los seres humanos para separar el sexo de la reproducción.
Carl Djerassi, polifacético científico y literato, será siempre recordado como "padre" de la píldora anticonceptiva, un invento que, al facilitar el sexo sin procreación, impactó en el mundo al contribuir a un cambio radical en la vida de muchísimas mujeres.
Djerassi falleció el sábado a los 91 años de edad en San Francisco (EEUU), a causa de un cáncer, tras una vida en la que no solo se hizo famoso como creador del primer anticonceptivo oral, sino que destacó también en otros ámbitos.
De doble nacionalidad, austríaca y estadounidense, el profesor universitario, además de escribir numerosas obras científicas, logró hacerse conocer como autor de novelas y obras de teatro.
Se convirtió, asimismo, en un importante coleccionista de arte.
Nació el 29 de octubre de 1923 en Viena, en el seno de una familia judía. El padre era búlgaro y su madre austríaca.
Tras pasar sus primeros años en Bulgaria, después del divorcio de sus padres volvió a Viena con su madre.
Con 15 años tuvo que huir en 1938, como muchos otros judíos, de la criminal persecución del régimen nazi del dictador Adolf Hitler.
Se refugió en Bulgaria y un año después emigró a Estados Unidos, donde unos padres adoptivos le permitieron estudiar.
A la edad de 21 años se licenció en química orgánica y en 1951, con 28 años, logró junto con el mexicano Luis Miramontes y el húngaro-mexicano George Rosenkranz, la síntesis de la progesterona, la hormona que regula el ciclo menstrual, en un laboratorio de la empresa Syntex en México.
Esa fue la base de su creación, en cooperación con los farmacólogos estadounidenses John Rock y Gregory Pincus, de la píldora anticonceptiva.
Toda su vida defendió, frente a los críticos de su invento, la creciente libertad que buscan los seres humanos para separar el sexo de la reproducción, y en este contexto también la procreación "in vitro" que vaticinó será el futuro del mundo desarrollado.
Entre los muchos reconocimientos que recibió el químico, está por ejemplo el premio Alecrín 2007, que otorga cada año la asociación feminista española del mismo nombre.
El galardón le fue concedido por haber inventado "uno de los pilares sobre el que se construyó la libertad sexual".
Y es que el fármaco regaló a las mujeres una libertad desconocida hasta entonces: la de decidir el momento en que quieren quedar embarazadas.
Con la posibilidad de esa planificación, las mujeres tuvieron un mayor acceso a la educación y al mercado laboral, lo que hasta hoy está facilitando su emancipación.
Djerassi subrayó siempre esa función de la píldora, así como la de prevenir muchos abortos.
Tras su gran descubrimiento, Djerassi comenzó como docente a dar clases en la Wayne State University en Detroit (EEUU) y a partir de 1959 fue catedrático en la prestigiosa universidad de Stanford en California.
Durante su carrera profesional publicó más de mil trabajos científicos, obtuvo numerosos premios y más de una treintena de "doctorados honoríficos".
Con los años, en Stanford fue desviando su interés de las investigaciones meramente científicas a las cuestiones relacionadas con los efectos sociales de la biomedicina, y en especial de los avances tecnológicos para separar la reproducción del sexo.
Por otro lado, fundó cerca de San Francisco una especie de refugio para artistas, bajo el nombre de SMIP, y en este marco desarrolló un programa (Djerassi Resident Artist Program) con el que en las últimas décadas pudo apoyar a unos dos mil artistas (pintores, músicos, escritores y escultores).
Ese programa surgió en reacción a una gran tragedia de su vida: el suicidio de su hija, una joven pintora, en 1978, a los 28 años de edad, algo de lo que el profesor, según confesó en declaraciones a Efe en 2013 en Viena, no logró recuperarse nunca.
"Quise crear algo con vida de su muerte", dijo entonces.
EFE
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