Presidente estadounidense hizo pedido para que las futuras generaciones no hereden ´una montaña de deuda´.
El presidente de EE.UU., Barack Obama, afirmó este martes que su país debe poner fin a sus "déficit explosivos" para evitar cargar a nuevas generaciones "con una montaña de deuda", para lo cual pidió la colaboración a ambos partidos.
"Tenemos una obligación frente a las generaciones futuras de abordar los déficit estructurales a largo plazo, que amenazan con perjudicar a nuestra economía y dejar a nuestros hijos y nietos con una montaña de deuda", dijo Obama en la Rosaleda de la Casa Blanca.
El mandatario hizo su declaración con motivo de la primera reunión de una comisión federal que estudiará las opciones para sanear las cuentas públicas y presentará sus recomendaciones en diciembre.
Forman la comisión 18 miembros escogidos por los líderes de ambos partidos en el Congreso, además de por el propio Obama.
Está presidida por Erskine Bowles, un ex alto funcionario durante la administración de Bill Clinton, y Alan Simpson, quien fue un influyente senador republicano.
Obama dijo este martes que la comisión no cuenta con ninguna restricción respecto a las medidas que pueden analizar para reducir los números rojos del Gobierno. "Todo está sobre la mesa", señaló el presidente.
Con ello, dio vía libre a que ese órgano examine posibles subidas de impuestos, la medida más controvertida.
El presidente recordó que el déficit actual se encuentra en 1,3 billones de dólares y si no se hace nada la brecha se agrandará en otros 8 billones en la próxima década.
Obama destacó que ha propuesto congelar el gasto público durante tres años, con excepción de las partidas militares, las pensiones y los programas de salud.
No obstante, sus medidas para contener el déficit "no podrán en solitario compensar por los años en los que los líderes en Washington se negaron a tomar las decisiones difíciles y vivir con arreglo a sus ingresos", afirmó el presidente.
EFE
"Tenemos una obligación frente a las generaciones futuras de abordar los déficit estructurales a largo plazo, que amenazan con perjudicar a nuestra economía y dejar a nuestros hijos y nietos con una montaña de deuda", dijo Obama en la Rosaleda de la Casa Blanca.
El mandatario hizo su declaración con motivo de la primera reunión de una comisión federal que estudiará las opciones para sanear las cuentas públicas y presentará sus recomendaciones en diciembre.
Forman la comisión 18 miembros escogidos por los líderes de ambos partidos en el Congreso, además de por el propio Obama.
Está presidida por Erskine Bowles, un ex alto funcionario durante la administración de Bill Clinton, y Alan Simpson, quien fue un influyente senador republicano.
Obama dijo este martes que la comisión no cuenta con ninguna restricción respecto a las medidas que pueden analizar para reducir los números rojos del Gobierno. "Todo está sobre la mesa", señaló el presidente.
Con ello, dio vía libre a que ese órgano examine posibles subidas de impuestos, la medida más controvertida.
El presidente recordó que el déficit actual se encuentra en 1,3 billones de dólares y si no se hace nada la brecha se agrandará en otros 8 billones en la próxima década.
Obama destacó que ha propuesto congelar el gasto público durante tres años, con excepción de las partidas militares, las pensiones y los programas de salud.
No obstante, sus medidas para contener el déficit "no podrán en solitario compensar por los años en los que los líderes en Washington se negaron a tomar las decisiones difíciles y vivir con arreglo a sus ingresos", afirmó el presidente.
EFE
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