Se prevé que durante los próximos tres días las bajas temperaturas azoten más y se esperan nevadas moderadas en la parte norte y suroeste de Xinjiang y el Tíbet.
Una ola de frío azota el norte de China y afecta los desplazamientos de decenas de miles de personas que regresan a sus casa con motivo del Año Nuevo Lunar y que supone el mayor éxodo festivo del mundo.
Según informó la Administración Meteorológica de China (CMA, sus siglas en inglés), se prevé que durante los próximos tres días las bajas temperaturas azoten todavía más el norte del país y se esperan nevadas moderadas en la parte norte y suroeste de la región autónoma de Xinjiang y el Tíbet.
Además, a partir de hoy se producirá un descenso de las temperaturas en la zona central y oriental de la región autónoma de Mongolia Interior.
En las provincias norteñas de Shanxi, Shaanxi, Hebei, Shandong y Henan el frío afectó la semana pasada los desplazamientos de decenas de miles de viajeros que intentaban regresar a sus casas.
En Shanxi, por ejemplo, se paralizaron seis autopistas, lo que originó la interrupción de los servicios de autobuses interprovinciales y, en consecuencia, que miles de pasajeros se quedaran retenidos en la estación de la capital, Taiyuan.
En cuanto a los trenes, el medio de transporte preferido por los chinos porque es un sistema muy económico, las autoridades aseguraron que se disminuirá su velocidad si la capa de nieve llega a los 40 centímetros de altura y que se paralizarán si llega a los 50.
La Comisión Nacional de Reforma y Desarrollo calcula que los chinos realizarán durante estas fiestas que comenzaron ayer, domingo, un total de 2.500 millones desplazamientos.
La cifra de este año supera en un 7,7 por ciento a la de 2009, según datos compilados por ocho ministerios chinos para preparar los medios de transporte para el Año Nuevo.
La Fiesta de la Primavera es una festividad asiática similar a la Navidad occidental en su sentido familiar y consumista, por lo que millones de inmigrantes y estudiantes que viven en las grandes urbes regresan a sus lugares de origen para reunirse con sus parientes en el país más poblado del mundo, con más de 1.300 millones.
China combina el calendario solar y el lunar, ya que este último rige los ciclos agrícolas desde siglos y marca también las principales festividades, como el año nuevo, que suele coincidir con la segunda luna nueva tras el solsticio de invierno.
-EFE
Según informó la Administración Meteorológica de China (CMA, sus siglas en inglés), se prevé que durante los próximos tres días las bajas temperaturas azoten todavía más el norte del país y se esperan nevadas moderadas en la parte norte y suroeste de la región autónoma de Xinjiang y el Tíbet.
Además, a partir de hoy se producirá un descenso de las temperaturas en la zona central y oriental de la región autónoma de Mongolia Interior.
En las provincias norteñas de Shanxi, Shaanxi, Hebei, Shandong y Henan el frío afectó la semana pasada los desplazamientos de decenas de miles de viajeros que intentaban regresar a sus casas.
En Shanxi, por ejemplo, se paralizaron seis autopistas, lo que originó la interrupción de los servicios de autobuses interprovinciales y, en consecuencia, que miles de pasajeros se quedaran retenidos en la estación de la capital, Taiyuan.
En cuanto a los trenes, el medio de transporte preferido por los chinos porque es un sistema muy económico, las autoridades aseguraron que se disminuirá su velocidad si la capa de nieve llega a los 40 centímetros de altura y que se paralizarán si llega a los 50.
La Comisión Nacional de Reforma y Desarrollo calcula que los chinos realizarán durante estas fiestas que comenzaron ayer, domingo, un total de 2.500 millones desplazamientos.
La cifra de este año supera en un 7,7 por ciento a la de 2009, según datos compilados por ocho ministerios chinos para preparar los medios de transporte para el Año Nuevo.
La Fiesta de la Primavera es una festividad asiática similar a la Navidad occidental en su sentido familiar y consumista, por lo que millones de inmigrantes y estudiantes que viven en las grandes urbes regresan a sus lugares de origen para reunirse con sus parientes en el país más poblado del mundo, con más de 1.300 millones.
China combina el calendario solar y el lunar, ya que este último rige los ciclos agrícolas desde siglos y marca también las principales festividades, como el año nuevo, que suele coincidir con la segunda luna nueva tras el solsticio de invierno.
-EFE
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