En la reunión del martes se tratará la necesidad de un alto al fuego inmediato y de la aplicación del embargo de armas, así también tratarán sobre la ayuda a Libia en su transición al futuro.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon; el presidente de la comisión de la Unión Africana (UA), Jean Ping, y ministros de más de 35 países han confirmado su asistencia a la conferencia sobre Libia prevista para este martes en Londres, informó hoy el departamento británico de Exteriores.
En la reunión se tratará no sólo de la necesidad de un alto al fuego inmediato y de la aplicación del embargo de armas y la zona de exclusión aérea para la protección de los civiles, sino también del futuro del país norteafricano, según un comunicado de ese ministerio.
"El mundo se ha expresado con claridad sobre la situación en Libia", indica la nota, que recuerda tanto la condena de las acciones del coronel Muamar el Gadafi por el Consejo de Seguridad de la ONU como los llamamientos a actuar por parte de la Liga Árabe, la Organización de la Conferencia Islámica y la UA.
La víspera de la reunión, el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, cuyo país es miembro de la OTAN, muestra en una entrevista periodística su disposición a mediar en un eventual acto el fuego en Libia para evitar "un segundo Irak" o un "un nuevo Afganistán".
En declaraciones al diario británico "The Guardian", Erdogan advierte de que un conflicto prolongado podría tener consecuencias desastrosas tanto para Libia como para los países de la OTAN.
"Nos hemos opuesto a toda acción unilateral y jamás podríamos aceptar llamamientos como el del ministro francés a favor de una nueva cruzada", señala Erdogan en referencia a unos comentarios del titular francés del Interior, Claude Guéant.
Sin embargo, según el comunicado del Foreign Office, uno de los objetivos de la conferencia de Londres es "demostrar la unidad de objetivos de la comunidad internacional reuniendo a un amplio grupo de países comprometidos con un futuro mejor para el pueblo de Libia".
Igualmente, añade, se trata de "enviar un mensaje inequívoco en nombre de la comunidad internacional en el sentido de que seguiremos aplicando la resolución 1973 del Consejo de Seguridad, que incluye la protección de la población civil frente a los ataques violentos".
Se busca, al mismo tiempo, "crear un grupo amplio que examine el apoyo a largo plazo, incluida la ayuda humanitaria, al pueblo de Libia en su transición al futuro", pues "es vital aprender de las lecciones del pasado y asegurar una planificación internacional temprana y coordinada para el largo plazo", agrega.
Sin pedir abiertamente el derrocamiento de Gadafi, el comunicado atribuye a la Liga Árabe, la Unión Africana y la Unión Europea la conclusión de que tanto el líder libio como su régimen "han perdido toda legitimidad".
"Seguimos colaborando estrechamente con figuras claves de la oposición libia, incluido el Consejo Nacional de Transición", a las que el Gobierno británico califica de "socios políticos legítimos".
"El Reino Unido continúa apelando a un alto el fuego inmediato y al fin de la violencia contra civiles libios. Juzgaremos al régimen libio por sus acciones y no por sus palabras. Tendremos en cuenta las acciones de Gadafi y seguiremos apoyando al pueblo libio", concluye la nota. EFE
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