En Esperanza, la autobigrafía del papa Francisco, el pontífice comparte reflexiones sobre su muerte, el futuro de la Iglesia y su relación con Dios. En esta nota, te compartimos cinco fragmentos para asomarte al corazón de un pontificado que ha marcado época.
En Esperanza, el libro más íntimo del papa Francisco, el pontífice argentino comparte pensamientos que había guardado con reserva. Desde su deseo sobre dónde ser enterrado hasta su anhelo por una iglesia más humilde y servicial, Francisco nos invita a mirar el mundo -y a nosotros mismos- con compasión, fe y valentía.
A continuación, compartimos cinco fragmentos tomados del propio libro, que ofrecen una ventana a la intimidad espiritual de Jorge Mario Bergoglio.
1. "Anhelo una iglesia cada vez más madre y pastora, en la que los ministros sepan ser misericordiosos y ocuparse de la gente, acompañándola como el buen samaritano. Dios es más grande que el pecado siempre. Eso es el evangelio. Una iglesia así replanteada se preocupa de hacer evidente a las mujeres y a los hombres cuál es el centro y el núcleo fundamental del evangelio. Esto es la belleza del amor salvífico de Dios manifestado en Jesucristo muerto y resucitado. Los obispos, particularmente, deben ser hombres capaces de seguir con paciencia los pasos de Dios en su pueblo, de manera que nadie quede atrás. Y también de acompañar al pueblo, la grey que tiene olfato para encontrar senderos nuevos".
Tomado del libro Esperanza, capítulo 16: "Como un niño en brazos de su madre".
2. "La iglesia que camina será cada vez más universal, y su futuro y su fortaleza llegarán también de Latinoamérica, de Asia, de la India, de África y eso ya puede apreciarse en la riqueza de las vocaciones. Crecemos por atracción, no por proselitismo. Por lo demás, debemos ser conscientes de que hemos pasado de un cristianismo instalado en un marco social hospitalario a un cristianismo de minorías, o mejor, de testimonio y esto requiere la valentía de una conversión eclesial, no de una cobardía nostálgica. Con ese espíritu creé en diciembre de 2024 otros 21 nuevos cardenales procedentes de Perú, Argentina, Ecuador, Chile, Japón, Filipinas, Serbia, Brasil, Costa de Marfil, Irán, Canadá y Australia, además de Italia para que sean el rostro cada vez más auténtico de la universidad de la Iglesia, con la intención de que el título siervo, este, en el sentido de ministerio, eclipse cada vez más al de eminencia".
Tomado del libro Esperanza, capítulo 25: "Yo soy solo un paso".
3. "Si alguien está absolutamente seguro de que ha encontrado a Dios, no me convence. Si alguien tiene la respuesta a todas las preguntas, esa es la prueba de que Dios no está con él. Significa que es un falso profeta, que instrumentaliza la religión, que la utiliza para sí mismo. Los grandes guías del pueblo de Dios, como Moisés, siempre han dejado espacio para la duda. Hay que ser humilde, dejar espacio al Señor, no a nuestras falsas seguridades. La ternura no es debilidad, es la verdadera fuerza. Es el camino que han recorrido los hombres y las mujeres más fuertes y valientes. Recorredla, luchad con ternura y coraje. Yo soy solo un paso".
Tomado del libro Esperanza, capítulo 25: "Yo soy solo un paso".
4. "Cuando fallezca, no me enterrarán en San Pedro, sino en Santa María la Mayor. El Vaticano es la casa de mi último servicio, no la de la eternidad. Estaré en la habitación en la que ahora custodian los candelabros, cerca de esa reina de la paz a la que he pedido ayuda siempre y por la que me he hecho abrazar durante mi pontificado más de 100 veces. Me han confirmado que todo está preparado. El ritual de las exequias era demasiado ampuloso y he hablado con el maestro de ceremonias para aligerarlo. Nada de catafalco, ninguna ceremonia para el cierre del ataúd. Con dignidad, pero como todo cristiano. Aunque sé que ya me ha concedido muchas, solo le he pedido una gracia más al Señor: cuida de mí, que sea cuando quieras. Pero tú lo sabes, me da bastante miedo el dolor físico. Así que, por favor, que no me haga daño".
Tomado del libro Esperanza, capítulo 17: "Para que te acuerdes y te avergüences".
5. "Cada vez que un papa tiene un problema de salud, soplan vientos de cónclave, pero la verdad es que ni siquiera cuando tuve que operarme, pensé en dimitir. Desde luego, puede pasarle a todo el mundo y por eso, cuando fui elegido papa, le entregué al camarlengo una carta de renuncia en caso de impedimento por motivos médicos, como por otra parte, también hizo Juan Pablo VI. Si sucediera, me quedaría en Roma como obispo emérito. Al principio del pontificado tenía la sensación de que mi cargo sería breve. Pensé que duraría unos 3 o 4 años como mucho. Incluso lo afirmé en una entrevista para la televisión mexicana. Era un sentimiento vago, pero fuerte, que nacía de la convicción de haber sido elegido para que el cónclave fuera breve, pues no me lo explicaba de otra manera. La verdad es que el Señor es el reloj de la vida. Mientras tanto, sigo adelante".
Tomado del libro Esperanza, capítulo 20: "Tu vara y tu cayado me sosiegan".
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