
En un encuentro con los representantes en la Conferencia Internacional de la Fundación Centesimus Annus, el papa Francisco calificó de "enfermedad social" y de "escándalo" el desempleo juvenil en muchos países y pidió que se afronte como si fuera una “enfermedad social”.
"La tasa de desempleo juvenil es un escándalo que no sólo pide que sea afrontado en términos económicos sino, y no menos urgentemente, como una enfermedad social, en el momento en el que a nuestra juventud se les roba la esperanza y se desaprovecha su energía, su creatividad y su intuición", manifestó.
Francisco pide nuevos modelos de progreso económico. “Es mi esperanza que su Conferencia pueda contribuir a generar nuevos modelos de progreso económico más directamente orientados al bien común, a la inclusión y al desarrollo integral, al incremento del trabajo y a la inversión en los recursos humanos”.

Critica la visión económica actual. “Una visión económica exclusivamente orientada a la utilidad y al bienestar material es – como la experiencia cotidiana nos muestra – incapaz de contribuir en modo positivo a una globalización que favorezca el desarrollo integral de los pueblos en el mundo, una justa distribución de los recursos, la garantía del trabajo digno y el crecimiento de la iniciativa privada y de las empresas locales”.
Efectos del modelo económico se perciben también en sociedades ricas. “Una economía de la exclusión y de la injusticia ha llevado a un mayor número de desheredados y de personas descartadas como improductivas e inútiles. Los efectos se perciben también en las sociedades más desarrolladas, en las cuales el crecimiento en porcentaje de la pobreza y el decaimiento social representan una seria amenaza para las familias, para la clase media que se contrae y, en modo particular, para los jóvenes”.