En el país, que va redescubriendo su “identidad islámica”, no encajan, según algunos, los elementos de la fiesta cristiana. También rechazan el árbol navideño.
Noche de paz, noche de polémicas: la Navidad provoca cada año debates en Turquía, un país que en los últimos años va redescubriendo una "identidad islámica" en la que no encajan, según algunos, los elementos de la fiesta cristiana como el árbol y Papá Noel.
Otros se muestran encantados de que esta decoración dé color a sus vidas y considera que la utilización de árboles e imágenes cristianas forma parte, desde hace tiempo, de la época navideña en Turquía, aunque más bien asociada a Nochevieja, fiesta muy popular en Estambul, facilitada porque el 1 de enero es festivo.
Así lo afirma Zeynep Akinci, dueña de una tienda de decoración en el elegante barrio de Nisantasi, repleta en estas fechas de imágenes de Papá Noel y angelitos con trompetas, que se venden como siempre.
"Si la gente compra menos últimamente es por la crisis económica, no por falta de ganas", dice, aunque reconoce que la deriva ideológica del Gobierno "cada vez más musulmán" ha dejado en minoría a quienes mantienen este tipo de celebraciones.
Sin embargo, el debate no existe en las populosas calles de Fatih, un barrio conservador y relativamente religioso, donde varias tiendas no sólo venden árboles sino también grandes muñecos de Papá Noel.
La polémica tiene larga data, ya que hace varios años un imam denunció que Papá Noel era una innovación extranjera incompatible con la fe musulmana o la identidad turca. Sin embargo, la prensa progresista que recordó el origen de este personaje: “San Nicolás, un obispo de Mira, hoy Demre, una ciudad en el sur de Anatolia. Más turco, imposible”. (EFE)
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