Presidente criticó que grupo de personas se dedique a dividir al pueblo chileno en lugar de apoyar la reconstrucción de las zonas afectadas por terremoto del año pasado.
El presidente Sebastián Piñera lamentó este jueves que "una minoría de chilenos" obstruya el trabajo del Gobierno en la reconstrucción de las zonas afectadas por el terremoto y posterior maremoto del 27 de febrero del 2010.
"Lamento que una minoría de chilenos, en lugar de aportar y apoyar la reconstrucción, se dediquen a obstruir todo lo que el Gobierno hace, y en lugar de unir a los chilenos, se dedican a dividirlos", añadió el mandatario sin dar nombres de personas o colectivos políticos.
Tras visitar las obras en Dichato, una de las localidades arrasadas por el tsunami, el presidente Piñera sostuvo que "ese no es el camino que queremos ni para las tareas de reconstrucción, ni para el Chile que todos juntos estamos construyendo".
"Sé muy bien que algunos no tienen ningún interés ni en la reconstrucción, ni en la unidad de los chilenos y da la impresión que su único objetivo es tratar de dañar o perjudicar a nuestro Gobierno", enfatizó Piñera, que llegó a la zona apoyado por un gran contingente policial, debido a las protestas que se generaron en la zona.
El mandatario chileno explicó a los periodistas que los avances en materia de reconstrucción son sólidos y significativos y anticipó que la reconstrucción no ha terminado.
"Desgraciadamente no podemos ir más rápido que lo que las circunstancias permiten, pero no descansamos un solo día, ni una sola noche en el trabajo por la reconstrucción", recalcó Piñera que la zona llegó acompañado por la ministra de la Vivienda, Magdalena Matte.
Destacó los trabajos realizados en Dichato y valoró los trabajos que se realizan en el borde costero, con un rompeolas y una zona de mitigación "para que si algún día se repite el maremoto, la ola no entre con la fuerza y destrucción con que entró el 27 de febrero pasado, sino que pueda ser detenida en parte, debilitada por estas obras".
Piñera también se refirió al caso de la intendenta (gobernadora) de la región del Biobío, Jacqueline Van Rysselberghe, criticada duramente por la oposición, la que incluso pidió su renuncia, tras sus dichos en una reunión sostenida el año pasado con vecinos de una población de Concepción, donde para conseguir subsidios habitacionales utilizó el tema del terremoto.
Afirmó que el Gobierno "actuó en forma seria y responsable y no cayó en la trampa de una defensa apresurada por ser parte de nuestra coalición, pero tampoco de validar acusaciones que no habían sido demostradas. Actuó con seriedad, responsabilidad, apego a la ley y a la verdad", apostilló.
El próximo 27 de febrero se cumple un año del terremoto de 8,8 grados de magnitud en la escala abierta de Richter y posterior maremoto que dejó un saldo de 523 muertos, 25 desaparecidos, 800 mil damnificados y 30 mil millones de dólares en pérdidas.
EFE
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