El guerrero de Mongolia llegó a dominar todo el territorio entre el Océano Pacífico y el mar Caspio, y permitió que la Ruta de la Seda se convierta en un centro económico importante.
Es el guerrero de Mongolia más grande. No en vano su rostro aparece en monedas y en botellas de vodka. Se trata de Gengis Kan, cuyo imperio se extendía desde el Océano Pacífico hasta el mar Caspio y permitió que floreciera la Ruta de la Seda.
Bajo su dominio, consagró conceptos fundamentales como la libertad religiosa y la inmunidad diplomática; además, estableció el uso del papel moneda y un servicio postal confiable.
Un misterio. La figura de Gengis Kan sigue siendo sagrado para los mongoles. Pero, ¿dónde se encuentran sus restos? Han pasado 800 años desde su muerte (1227) y nadie ha podido encontrar su tumba.
La historia cuenta que el propio emperador pidió que, al morir, se le enterrara en secreto. Y así fue. Un ejército armado y de luto trajo su cuerpo a Mongolia, asesinando a cualquier persona que se cruzara en su camino. Cuando finalmente fue sepultado, mil caballos pisotearon su tumba para destruir cualquier rastro.
Búsqueda improductiva. El interés de hallar la tumba del guerrero es de interés internacional. Los mongoles se oponen a cualquier expedición arqueológica. Según la cadena británica BBC, una misión de National Geographic ha tratado de rastrear el lugar de enterramiento con la ayuda de imágenes de satélite, pero sin éxito.
Mientras tanto, el jefe del Departamento de Arqueología de la Universidad Estatal de Ulán Bator, ha estado desde el 2001 excavando un cementerio de 2,000 años de los reyes de Xiongnu, en la provincia de Arkhangai. Él cree que los gobernantes de esta confederación nómada fueron los antepasados de los mongoles y eso podría significar, siguiendo siempre la versión del medio londinense, que tuvieses prácticas funerarias similares.
¿En la montaña? Estos reyes fueron enterrados en fosas de 20 metros de profundidad en cámaras con troncos y con las tumbas marcadas por encima del suelo con un cuadrado de piedras.
Otra teoría señala que el emperador fue enterrado en una montaña en la provincia de Khentii llamada Burkhan Khaldun. En la antigüedad hubo al menos cinco lugares sagrados con ese nombre.
En cualquier caso, la zona montañosa que una vez fue accesible solo a los miembros del linaje real de los hombres Gengis Kan, es ahora patrimonio de la Unesco, quedando fuera de los límites a los investigadores.
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