Akio Toyoda acudirá a la audiencia como parte de una investigación del Congreso sobre la llamada a revisión de millones de vehículos en todo el mundo.
El presidente mundial de Toyota, Akio
Toyoda, ofrece disculpas y acepta su "plena responsabilidad" por los
problemas de aceleración en sus vehículos, que atribuyó al febril
ritmo de crecimiento de la empresa, según el testimonio adelantado
hoy de su comparecencia mañana en el Congreso de EE.UU.
Toyoda aprovechará su presencia en el Comité de Supervisión y Reforma Gubernamental de la Cámara de Representantes para ofrecer otro "mea culpa" y comprometerse a recuperar la confianza de los consumidores tras la llamada a revisión de 8,5 millones de vehículos.
"En los últimos meses, nuestros clientes han comenzado a sentir incertidumbre por la seguridad de los vehículos de Toyota y tomo plena responsabilidad por eso...francamente, temo que el ritmo en el que hemos crecido pudo haber sido demasiado rápido", dice Toyoda.
"Tienen mi compromiso personal de que Toyota trabajará vigorosamente y sin cesar para restablecer la confianza de nuestros clientes", promete el empresario.
Se trata del testimonio más anticipado de la empresa japonesa en la serie de audiencias que el Congreso de EE.UU. ha convocado para examinar los problemas de aceleración en ciertos modelos y la respuesta de los reguladores del Gobierno federal.
Toyoda explica en su testimonio que las prioridades de producción de la compañía han sido la seguridad, calidad y el volumen, en ese orden, y que la empresa las "confundió" al centrarse en un desarrollado más acelerado de lo que estaba preparada.
En el testimonio, adelantado hoy a la prensa por el Comité, Toyoda "lamenta profundamente" cualquier accidente causado por los fallos en los vehículos, y en particular la muerte de Mark Saylor, un agente de la patrulla de carreteras de California, y tres miembros de su familia en agosto del año pasado.
"Haré todo a mi alcance para asegurar que tal tragedia no ocurra de nuevo. Como nieto del fundador, los vehículos llevan mi nombre y cuando los coches sufren daños, es como si también me ocurriese a mí", dice Toyoda.
El gigante de la industria automotriz japonesa, que manufactura vehículos en EE.UU. desde hace más de 25 años, delineó los cambios en la toma de decisiones en la llamada a revisión, que incluirá la creación en el país de un "Centro Automotriz para la Excelencia en la Calidad" y la del cargo de Ejecutivo para la Seguridad de los Productos.
También crearán un "grupo de asesores" compuesto por expertos de América del Norte y de todo el mundo "para asegurarnos de que no tomamos una decisión equivocada", afirma Toyoda.
El presidente de la empresa japonesa acudirá a la audiencia mañana como parte de una investigación del Congreso sobre la llamada a revisión de millones de vehículos en todo el mundo, buena parte de ellos en Estados Unidos.
Algunos legisladores se han quejado de que, al parecer, la empresa incluso se ahorró 100 millones de dólares al limitar la llamada a revisión de los vehículos afectados en 2007.
Pero Toyota, que sigue contando con mucho apoyo dentro y fuera del Congreso, intenta por todos los medios controlar los daños a su imagen y su bolsillo. EFE
Toyoda aprovechará su presencia en el Comité de Supervisión y Reforma Gubernamental de la Cámara de Representantes para ofrecer otro "mea culpa" y comprometerse a recuperar la confianza de los consumidores tras la llamada a revisión de 8,5 millones de vehículos.
"En los últimos meses, nuestros clientes han comenzado a sentir incertidumbre por la seguridad de los vehículos de Toyota y tomo plena responsabilidad por eso...francamente, temo que el ritmo en el que hemos crecido pudo haber sido demasiado rápido", dice Toyoda.
"Tienen mi compromiso personal de que Toyota trabajará vigorosamente y sin cesar para restablecer la confianza de nuestros clientes", promete el empresario.
Se trata del testimonio más anticipado de la empresa japonesa en la serie de audiencias que el Congreso de EE.UU. ha convocado para examinar los problemas de aceleración en ciertos modelos y la respuesta de los reguladores del Gobierno federal.
Toyoda explica en su testimonio que las prioridades de producción de la compañía han sido la seguridad, calidad y el volumen, en ese orden, y que la empresa las "confundió" al centrarse en un desarrollado más acelerado de lo que estaba preparada.
En el testimonio, adelantado hoy a la prensa por el Comité, Toyoda "lamenta profundamente" cualquier accidente causado por los fallos en los vehículos, y en particular la muerte de Mark Saylor, un agente de la patrulla de carreteras de California, y tres miembros de su familia en agosto del año pasado.
"Haré todo a mi alcance para asegurar que tal tragedia no ocurra de nuevo. Como nieto del fundador, los vehículos llevan mi nombre y cuando los coches sufren daños, es como si también me ocurriese a mí", dice Toyoda.
El gigante de la industria automotriz japonesa, que manufactura vehículos en EE.UU. desde hace más de 25 años, delineó los cambios en la toma de decisiones en la llamada a revisión, que incluirá la creación en el país de un "Centro Automotriz para la Excelencia en la Calidad" y la del cargo de Ejecutivo para la Seguridad de los Productos.
También crearán un "grupo de asesores" compuesto por expertos de América del Norte y de todo el mundo "para asegurarnos de que no tomamos una decisión equivocada", afirma Toyoda.
El presidente de la empresa japonesa acudirá a la audiencia mañana como parte de una investigación del Congreso sobre la llamada a revisión de millones de vehículos en todo el mundo, buena parte de ellos en Estados Unidos.
Algunos legisladores se han quejado de que, al parecer, la empresa incluso se ahorró 100 millones de dólares al limitar la llamada a revisión de los vehículos afectados en 2007.
Pero Toyota, que sigue contando con mucho apoyo dentro y fuera del Congreso, intenta por todos los medios controlar los daños a su imagen y su bolsillo. EFE
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