Los rebeldes han asegurado haber detenido y matado a combatientes gadafistas, pero aún no han ofrecido cifras de las víctimas mortales.
Cientos de milicianos celebraron hoy en el centro de Bani Walid con canciones patrióticas, alabanzas a Dios y disparos al aire, la toma del penúltimo bastión gadafista, donde las tropas fieles al coronel Muamar Al Gadafi presentaron una desesperada resistencia durante casi dos meses.
Bani Walid parece hoy una ciudad fantasma en la que las marcas de los duros combates entablados entre las fuerzas leales al Consejo Nacional de Transición (CNT) y las brigadas de Muamar al Gadafi desde finales de agosto son visibles en la mayoría de los edificios de la población, situada a 150 kilómetros al sureste de Trípoli.
"Esta victoria se debe a todos los rebeldes de Libia", dijo a Efe el oficial Hosni al Atrash, perteneciente a la Brigada para la Protección de la Capital, antes de explicar los pormenores de la última batalla desarrollada en las calles de Bani Walid.
"Hacia las ocho de la tarde de ayer (18.00 GMT) se lanzó un ataque simultáneo desde los tres frentes de la ciudad contra los restos de las fuerzas de Gadafi", dijo Al Atrash, quien agregó que los primeros en acabar con la resistencia enemiga fueron los rebeldes que asaltaron la ciudad desde el norte y el este.
"Una hora después", dijo, los milicianos del frente sur se unieron a sus compañeros, pero debido a la presencia de numerosos francotiradores gadafistas, decidieron retroceder por la noche para regresar hoy por la mañana, cuando lograron acabar con toda resistencia en tan sólo una hora, según su relato.
Los rebeldes han asegurado haber detenido y matado a combatientes gadafistas, pero aún no han ofrecido cifras de las víctimas mortales, muchas de las cuales se amontonan en el hospital de la ciudad, donde se libraron violentos combates en los últimos días.
Tras la liberación, las fuerzas del CNT han comenzado una operación de registro por toda la ciudad en busca de posibles combatientes fieles a Gadafi, armas y munición.
Según los propios combatientes, el hijo de Gadafi, Saif al Islam, se encontraba en esta ciudad, pero logró huir con numerosos hombres aprovechando la escarpada orografía de la zona.
Sin embargo, esta versión, al igual que los rumores que apuntan a que Muamar el Gadafi está en Sirte, no han sido confirmadas oficialmente.
Asimismo, han pedido a los pocos habitantes que quedan en la ciudad, algunos de los cuales no esconden su apoyo a Gadafi, que colaboren con las fuerzas del CNT, máxima autoridad política del país.
"Estoy contento por la revolución del 17 de febrero", declaró un ciudadano que aseguró, esquivo, que vivieron todo este tiempo bajo la continua presión de las brigadas armadas.
Según los rebeldes, en 48 horas, la ciudad estará totalmente asegurada y las familias podrán retornar a sus hogares, que desde hace días no tienen suministro de luz ni de agua.
De momento, ya han llegado numerosos médicos voluntarios de Trípoli y otros ciudades para atender a los heridos.
Con la caída de Bani Walid se pone fin casi a una leyenda, la de la enconada resistencia de unas fuerzas gadafistas que aguantaron desde el pasado agosto el continuo acoso de los rebeldes, a quienes mantuvieron a raya, a pesar de que no tenían esperanza alguna de victoria.
Pero además, con la caída de esta ciudad montañosa, donde la orografía jugaba a favor de los gadafistas como reconoció en varias ocasiones el portavoz militar del CNT, Omar Hasan Bani, la resistencia de las brigadas fieles a Gadafi queda reducida a un sector de la ciudad de Sirte, a 450 kilómetros al este de la capital.
La mayor parte de Sirte, ciudad natal del dictador libio, ya está controlada por los rebeldes, incapaces de momento de doblegar la última bolsa de oposición gadafista, atrincherada en el sector dos de la ciudad, junto a la costa mediterránea.
No obstante, el presidente del CNT, Mustafa Abdulyalil, aseguró recientemente que no se anunciará la liberación total del territorio libio y, por tanto, la creación del tantas veces pospuesto gobierno transitorio, hasta la toma de Sirte.
Por lo que, a pesar de la "liberación" de Bani Walid, el avance del proceso de transición parece que seguirá ligado a la lucha que se libra en Sirte, la localidad mediterránea elegida por Gadafi para ser sede de las más importantes cumbres y reuniones internacionales celebradas en Libia.
EFE
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