El cráter principal se mantiene con una fumarola blanca y pequeñas expulsiones de ceniza a 150 metros de altura.
Un río de lava que sale de un nuevo cráter que formado en el volcán de Pacaya tras su violenta erupción del pasado 27 de mayo, que dejó dos muertos y 2.000 damnificados, amenaza una población del sur de Guatemala.
La Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) y el Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh), explicaron hoy en un comunicado que el Pacaya, ubicado a unos 50 kilómetros al sur de la capital, continúa con efusión de lava.
El cráter principal se mantiene con una fumarola blanca y pequeñas expulsiones de ceniza a 150 metros de altura.
Sin embargo, un nuevo cráter que se formó en la parte sureste del coloso alimenta un río de lava, que según los habitantes, avanza a unos 15 metros por hora.
El nuevo cráter mantiene pequeñas explosiones y lanza material volcánico a unos 200 metros de altura, por lo que las dos instituciones vigilan la evolución de la actividad, precisaron las fuentes.
Según las primeras evaluaciones, la aldea Los Pocitos, en el municipio sureño de Villa Canales, es la más amenazada por la corriente del material, que de acuerdo con los expertos, tiene temperaturas de hasta 1.500 grados centígrados.
La lava ha cruzado volcanes de tierra y zanjas que se abrieron para frenarla, de acuerdo con las autoridades de Protección Civil.
El Insivumeh instaló una estación sísmica vía radio que le permitirá vigilar de forma constante el coloso, que alcanza 2.552 metros sobre el nivel del mar, para tomar precauciones por el avance del río de lava.
Hasta ahora se desconoce el número de habitantes que están amenazados por la corriente de lava.
El Ministerio de Salud anunció que ha diseñado un plan para enfrentar posibles enfermedades causadas por los gases tóxicos del volcán Pacaya, que el pasado 27 de mayo registró una violenta erupción, con un saldo de 2 muertos y unos 2.000 damnificados de forma directa.
Miles de toneladas de arena y ceniza lanzada por el coloso alcanzaron un radio de 100 kilómetros cuadrados y aún hoy, diez días después de la erupción, las brigadas todavía están limpiando las áreas afectadas.
La Conred mantiene una alerta roja a nivel nacional para atender a los damnificados, no sólo por la erupción del volcán sino por la tormenta tropical "Agatha", que el pasado fin de semana azotó a este país centroamericano.
La cifra preliminar de muertos por la tormenta asciende a 172, mientras que los damnificados se cuentan por miles.
-EFE
La Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) y el Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh), explicaron hoy en un comunicado que el Pacaya, ubicado a unos 50 kilómetros al sur de la capital, continúa con efusión de lava.
El cráter principal se mantiene con una fumarola blanca y pequeñas expulsiones de ceniza a 150 metros de altura.
Sin embargo, un nuevo cráter que se formó en la parte sureste del coloso alimenta un río de lava, que según los habitantes, avanza a unos 15 metros por hora.
El nuevo cráter mantiene pequeñas explosiones y lanza material volcánico a unos 200 metros de altura, por lo que las dos instituciones vigilan la evolución de la actividad, precisaron las fuentes.
Según las primeras evaluaciones, la aldea Los Pocitos, en el municipio sureño de Villa Canales, es la más amenazada por la corriente del material, que de acuerdo con los expertos, tiene temperaturas de hasta 1.500 grados centígrados.
La lava ha cruzado volcanes de tierra y zanjas que se abrieron para frenarla, de acuerdo con las autoridades de Protección Civil.
El Insivumeh instaló una estación sísmica vía radio que le permitirá vigilar de forma constante el coloso, que alcanza 2.552 metros sobre el nivel del mar, para tomar precauciones por el avance del río de lava.
Hasta ahora se desconoce el número de habitantes que están amenazados por la corriente de lava.
El Ministerio de Salud anunció que ha diseñado un plan para enfrentar posibles enfermedades causadas por los gases tóxicos del volcán Pacaya, que el pasado 27 de mayo registró una violenta erupción, con un saldo de 2 muertos y unos 2.000 damnificados de forma directa.
Miles de toneladas de arena y ceniza lanzada por el coloso alcanzaron un radio de 100 kilómetros cuadrados y aún hoy, diez días después de la erupción, las brigadas todavía están limpiando las áreas afectadas.
La Conred mantiene una alerta roja a nivel nacional para atender a los damnificados, no sólo por la erupción del volcán sino por la tormenta tropical "Agatha", que el pasado fin de semana azotó a este país centroamericano.
La cifra preliminar de muertos por la tormenta asciende a 172, mientras que los damnificados se cuentan por miles.
-EFE
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