La cubano-estadounidense es una de las mentes más brillantes de la física en los últimos años. La NASA lucha para tenerla entre sus filas. No usa Facebook ni Twitter.
Cuando terminó la preparatoria, a los 16 años, Sabrina González Pasterski ingresó al prestigioso Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) para estudiar física. Su paso por esas aulas fue brillante: notas altas y una creatividad sin límites. Ahora, a sus 23 años, su talento e inteligencia es comparada con los más grandes científicos de la historia como Albert Einstein o Stephen Hawking.
Mente prodigiosa. La joven nació en Chicago, en 1993 y tiene madre cubana y padre estadounidense. Apenas a los 9 años creó un motor para avión que luego pudo poner en el aire. En su casa, ubicada en los extramuros de su ciudad, había un garaje donde hacía maquetas de aviones con su padre. Tan buenas fueron sus creaciones que la Administración Federal de Aviación le dio el permiso cuando iba a la secundaria para que pueda sobrevolar sus modelos.
La gravedad, los agujeros negros y otros temas son los que ella investiga a diario. Tiene un sueño que puede soñar pretensioso pero que no parece lejano ni esquivo para ella: crear una nave, como la de su infancia, que pueda llegar tripulada hasta Marte.
Le dice no a las redes. Pero para conseguir este sueño, Sabrina González ha dejado atrás algunas cosas como las fiestas, la vida social y el contacto con redes como Facebook y Twitter o Instagram. Asegura que no tiene tiempo para permanecer distraida en la internet. Aunque sí mantiene un portal web, el PhysicsGirl, donde escribe sus inquietudes y presenta sus trabajos.
En una entrevista con OZY, la estudiante dijo que no había tenido nunca novio, y que el alcohol y el tabaco no los ha probado. Entregada a tiempo completo a los estudios, ahora cursa un doctorado en la Universidad de Harvard. En 2015, la revista Forbes la nombró como una de las científicas de menos de 30 años más importantes de esta generación, sin embargo ella cree que aún no ha logrado nada importante y que tiene mucho por aprender.
Pedidos negados. Las propuestas de trabajo le llegan a diario. De la empresa aeroespacial Blue Origin y hasta de la NASA, quien le ha pedido pertenecer a sus filas. Ellas no las ha aceptado, dice que aún no se siente preparada para los puestos. La denominada 'sucesora de Einstein', de origen latino, empieza apenas una carrera importante para la ciencia en el mundo.
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