Stalin llegó al poder en los años veinte del siglo pasado y falleció el 5 de marzo de 1953. Durante ese tiempo transformó la URSS en un gran estado totalitario, ordenó un culto de su propia personalidad, mandó ejecutar a cientos de miles de personas y envió al gulag a millones más.
El "camarada Stalin" murió hace exactamente 70 años, y en Moscú como en el resto de Rusia, la memoria del dictador soviético es ambivalente, entre quienes consideran que fue un déspota competente y quienes lo ven como un líder sanguinario.
La memoria de Stalin ha cobrado además actualidad, en plena ofensiva en Ucrania.
Y es que la operación lanzada por el presidente Vladimir Putin se ve en Kiev y en Occidente como un epítome del imperialismo estalinista. Y la represión contra los detractores del Kremlin en Rusia recuerda a algunos los métodos soviéticos.
Este domingo de mañana, más de mil admiradores de Stalin se reunieron en la plaza Roja de Moscú, constataron reporterod de AFP, para depositar miles de flores en su tumba, situada en los muros del Kremlin.
Algunos llevaban banderas rojas de la Unión Soviética, y otros retratos del implacable dirigente nacido en Georgia en 1878 con el nombre de Iósif Dzhugashvili.
"Sin el regreso de Stalin a Rusia, ni nosotros, los rusos, ni los demás pueblos autóctonos de Rusia sobreviviremos", dice AFP Vladimir Kvachkov, de 74 años, un coronel del servicio de inteligencia militar (GRU) ya retirado.
"Nos alegraría ver de nuevo un dirigente así", abunda Yuri, otro pensionista.
Stalin llegó al poder en los años 1920 y falleció el 5 de marzo de 1953. Durante ese tiempo transformó la URSS en un gran estado totalitario, ordenó un culto de su propia personalidad, mandó ejecutar a cientos de miles de personas y envió al gulag a millones más.
Pero algunos rusos lo siguen defendiendo. Según ellos, hizo de la URSS una superpotencia fundamental en la derrota del nazismo en 1945. Una victoria que hoy se celebra en Rusia con fastos belicosos.
Echando manos de una retórica que remite a la época estalinista, el poder ruso llama cada vez más a perseguir a "los traidores" o "los agentes del extranjero", que se oponen al conflicto de Ucrania.
Ensalzar a la Unión Soviética
A diferencia del creador de la URSS, Lenin, cuyas estatuas siguen estando presentes en las ciudades del país, las autoridades no han previsto, por ahora, reinstalar monumentos dedicados a Stalin, desmantelados tras su fallecimiento y en el principio de la política de "desestalinazión".
Pero, no se han opuesto a que grupos de militantes, a menudo relacionados con el Partido Comunista, hayan inaugurado algunos monumentos en honor a su "camarada".
A principios de febrero, un busto de Stalin, fue instalado en Volgogrado, antaño llamada Stalingrado, para celebrar la victoria soviética decisiva en esta ciudad.
"La gente tiene visiones diferentes sobre Stalin", apunta Piotr Sokolov, un profesor de historia jubilado, entrevistado el sábado en Moscú por AFP.
"Son sobre todo las personas mayores las que lo ven con buenos ojos, como si hubieran olvidado la represión. Los jóvenes apenas lo conocen y la gente de mediana edad está dividida", resume.
El Kremlin no niega la represión soviética, pero la minimiza en las escuelas y la prensa estatal, al representarla como una tragedia sin un verdadero culpable. En paralelo, glorifica la potencia geopolítica y militar de la URSS.
Un ejemplo de las medidas para ensalzar la Unión Soviética fue la disolución a finales de 2021 por parte de las autoridades de Memorial, una oenegé que trabajaba para transmitir la memoria de la represión.
Pero, en el ámbito privado, muchos no la olvidan.
"Mi bisabuela no escapó a la represión de 1945. Estuvo encarcelada hasta la muerte de Stalin", dice Tatiana Koznetsova, una científica de 25 años.
"Para los 70 años (de su muerte), no celebramos nada, nos acordamos de la represión. Y, por supuesto, es horrible ver lo que está pasando hoy en día", zanja. (AFP)
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