El bombardeo estadounidense al convoy iraní en Bagdad ha exacerbado la tensión en Medio Oriente. Irán ha clamado venganza contra Estados Unidos por la muerte del poderoso general Soleimani.
Un responsable militar estadounidense aseguró a la agencia de noticias AFP que el impacto que pulverizó este viernes en Bagdad dos vehículos donde se encontraban el poderoso general iraní Qasem Soleimani y el principal hombre de Irán en Irak se realizó con "un tiro de precisión de dron".
Asimismo, este responsable que pidió el anonimato, agregó que "algunos de los 750 soldados adicionales desplegados llegaron a Bagdad para reforzar la seguridad en la embajada estadounidense".
Por su parte, el jefe de la diplomacia de Estados Unidos, Mike Pompeo, dijo este viiernes que el comandante Qasem Soleimani planeaba una acción inminente que amenazaba la vida de cientos de estadounidenses.
"Estaba activamente tramando en la región tomar acciones, una acción importante, como él la describió, que habría puesto docenas, si no centenares de vidas estadounidenses en peligro", dijo Pompeo a CNN. "Sabemos que era inminente", agregó sin dar más detalles de esa presunta operación planeada.
Tensión en Medio Oriente
El bombardeo del jueves (viernes por la mañana en Irak) en el que murió Soleimani ha exacerbando las tensiones regionales y suscitando llamados de "venganza" de Irán.
El Pentágono dijo que el presidente Donald Trump había dado la orden de "matar" a Soleimani después del ataque de una turba proiraní a la embajada estadounidense en Bagdad el martes.
El líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Jamenei, pidió "severa venganza" por la muerte de Soleimani, en la peor escalada en una temida guerra entre Irán y Estados Unidos en suelo iraquí. Mientras la embajada estadounidense instaba a sus ciudadanos a irse "inmediatamente" de Irak, Trump tuiteó una foto de la bandera estadounidense sin ninguna explicación.
En el bombardeo estadounidense realizado a primeras horas del viernes contra un convoy de vehículos en el aeropuerto internacional de Bagdad murieron nueve personas, entre ellas el general Soleimani, que estaba a cargo de los asuntos iraquíes en el ejército ideológico de Irán, y Abu Mehdi al Muhandis, con doble nacionalidad iraquí-iraní, que era el número dos de las Fuerzas de Movilización Popular o Hashd al Shaabi, una coalición de paramilitares mayoritariamente proiraníes integrados en el Estado iraquí.
Se trata de "la operación de decapitación más grande jamás llevada a cabo por Estados Unidos, más que las que mataron a Abu Bakr al Bagdadi u Osama bin Laden", jefes del Estado Islámico (EI) y de Al Qaida respectivamente, según Phillip Smyth, un especialista estadounidense en grupos armados chiitas.
Las reacciones no se hicieron esperar. Mientras China, la Unión Europea, Gran Bretaña, Francia o Alemania llamaban a la calma y a la prudencia, Irán y sus satélites como el Hezbolá libanés, el Hamas palestino, o los hutíes yemeníes clamaron venganza. El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu interrumpió su viaje a Grecia para regresar de urgencia al país.
"No hay ninguna duda de que la gran nación de Irán y otras naciones libres de la región se vengarán por este horrible crimen del criminal Estados Unidos", prometió el presidente iraní, Hasan Rohani.
En Teherán, miles de personas salieron a las calles para protestar contra los "crímenes" estadounidenses y cantaban "Muerte a Estados Unidos". (Con información de AFP)
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