La ley busca que el paciente tenga la oportunidad de recorrer con dignidad el pasaje de la vida a la muerte.
Tras ocho años de discusión, el Parlamento uruguayo aprobó la ley que habilita a los ciudadanos a autorizar la suspensión de tratamientos médicos en el caso de sufrir enfermedades terminales.
Según la nueva ley, toda persona mayor de edad y psíquicamente apta tendrá derecho a oponerse de forma anticipada y por escrito a los tratamientos "que prolonguen la vida en detrimento de la calidad de la misma".
De igual manera podrán expresar su voluntad anticipada de proseguir los tratamientos hasta el último día de sus vidas.
Durante la votación en el Parlamento, se produjo un incidente que no llegó a mayores, cuando el legislador del conservador Partido Nacional Sergio Botana y el representante del oficialista Frente Amplio Álvaro Vega se enfrascaron en una trifulca.
Antes de ser promulgada, la ley pasó por ambas cámaras del legislativo uruguayo y su texto fue sometido a distintos cambios.
El impulsor de la norma, el diputado opositor del Partido Colorado Washington Abdala, confió al diario El País que el objetivo es "dar el derecho al paciente de recorrer con dignidad el pasaje de la vida a la muerte de manera pacífica y sin alteraciones".
"Si hubiese la remota posibilidad de que esa persona tenga una oportunidad de vivir, el proyecto no camina. Sólo lo hace cuando es un caso que no tiene vuelta atrás", puntualizó el legislador.
Abdala explicó también que durante la preparación de la norma se consultaron teólogos de distintas confesiones.
La aprobación de la ley trae el recuerdo del caso de la italiana Eluana quien falleció mientras el Senado de su país debatía una ley para salvarla evitando que se le suspendiera la nutrición e hidratación que aún la mantenía con vida.
EFE
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