La Declaración de Compromiso no obtuvo unanimidad, algunos firmas estuvieron ausentes en el documento, pero mandatarios coincidieron en que un nueva era se ha iniciado.
La V Cumbre de las Américas se podría resumir en un paso adelante respecto a la relación de Estados Unidos con América Latina, en su presentación en sociedad el presidente norteamericano Barack Obama supo lidiar con verbo fluido y con visos diplomáticos a sus más fervientes derroteros y críticos.
En Trinidad y Tobago, la Declaración de Compromiso suscrita este domingo 19 de abril, no alcanzó unanimidad, pero sí el consenso de los 34 líderes de América Latina y el Caribe, según aclaró el primer ministro del país anfitrión, Patrick Mannig,
El documento constó de 97 puntos y compromisos en materia energética, medioambiental y de inmigración, que Venezuela y los cuatro países unidos en la Alternativa Bolivariana de las Américas (ALBA) rechazaron firmar por no incluir una condena expresa al embargo de Estados Unidos a Cuba.
Adicionalmente la poca presencia de la crisis económica en el documento, la negativa de algunos países a reconocer algún beneficio a los biocombustibles.
No obstante hubo opiniones coincidentes en que esta Cumbre fue mejor a otras anteriores, empezando porque fue general el sentimiento de que el nuevo presidente estadounidense, Barack Obama, cumplió su promesa: venir a la Quinta Cumbre de las Américas a escuchar.
Uno de los principales adversarios del antecesor George W. Bush, el venezolano Hugo Chávez resaltó la ´humildad´ y la ´calidez´ de Obama, con quien sostuvo un encuentro durante la cita con los líderes de Unión de Naciones Suramericanas UNASUR el sábado 17.
"Cuando hacíamos nuestras críticas al libre comercio, Bush se quitaba el audífono de la traducción. Cuando me tocó hablar a mí una vez, salió de la sala", recordaba en estos días el presidente Hugo Chávez.
En la misma línea, el controvertido mandatario admitió que la "cordialidad" reinó en la V Cumbre de las Américas, y que "sin ser perfecta se acercó a la perfección".
Otro importante crítico, el nicaragüense Daniel Ortega, la decisión de los Estados Unidos de abrir un diálogo con América Latina. "El elemento nuevo es que estamos pasando a abrir un diálogo en nuevas condiciones con el gobierno de Estados Unidos", dijo en declaraciones exclusivas a RPP.
Los mandatarios sudamericanos también quedaron satisfechos de haber podido reiterar en persona a Obama su pedido de que Cuba sea reincorporada a estos foros regionales y se levante el embargo comercial que Washington le aplica a la isla desde hace 47 años.
"Es inentendible que Cuba no esté en estas cumbres", expresó el mandatario ecuatoriano Rafael Correa.
Obama, que se dijo abierto a un diálogo con Cuba y a un "nuevo inicio" en sus relaciones, subrayó no obstante que resolver este tipo de situaciones requiere tiempo y gestos significativos de buena voluntad de ambas partes.
Por citar otra opinión, el presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva, manifestó que "es posible crear una nueva dinámica, de compañeros" en el continente a partir de esta cumbre.
"Todos esperábamos que Chávez y Obama se fueran a atacar pero ocurrió exactamente lo contrario.
Si Chávez tuvo un problema grave en la era Bush, eso puede cambiar en la era Obama", concluyó.
Una dosis de escepticismo
El peruano Alan García rebajó el optimismo generado por la cumbre en las relaciones con Estados Unidos, ya que, aunque también alabó la personalidad de Obama y su disposición para escuchar, "los intereses básicos (estadounidenses) siguen primando", en referencia a sus puntos de vista sobre la democracia y el libre comercio.
"No creo que podamos adelantar ni pensar que haya quedado postergada la relación conflictiva, pero por lo menos tenemos unos meses de relación más fluida", indicó el gobernante en una entrevista con un diario peruano local.
Otro de los escépticos fue el presidente de Costa Rica, Óscar Arias, para quien, a diferencia de la Cumbre del G20, "donde se lograron cosas concretas muy importantes", en Trinidad y Tobago se discutieron otras "que no tenían mucha importancia".
"Sobre todo nos enfrascamos en una discusión sobre la declaración (final) que no tenía mayor relevancia" y que no logró un consenso, lamentó.
En Trinidad y Tobago, la Declaración de Compromiso suscrita este domingo 19 de abril, no alcanzó unanimidad, pero sí el consenso de los 34 líderes de América Latina y el Caribe, según aclaró el primer ministro del país anfitrión, Patrick Mannig,
El documento constó de 97 puntos y compromisos en materia energética, medioambiental y de inmigración, que Venezuela y los cuatro países unidos en la Alternativa Bolivariana de las Américas (ALBA) rechazaron firmar por no incluir una condena expresa al embargo de Estados Unidos a Cuba.
Adicionalmente la poca presencia de la crisis económica en el documento, la negativa de algunos países a reconocer algún beneficio a los biocombustibles.
No obstante hubo opiniones coincidentes en que esta Cumbre fue mejor a otras anteriores, empezando porque fue general el sentimiento de que el nuevo presidente estadounidense, Barack Obama, cumplió su promesa: venir a la Quinta Cumbre de las Américas a escuchar.
Uno de los principales adversarios del antecesor George W. Bush, el venezolano Hugo Chávez resaltó la ´humildad´ y la ´calidez´ de Obama, con quien sostuvo un encuentro durante la cita con los líderes de Unión de Naciones Suramericanas UNASUR el sábado 17.
"Cuando hacíamos nuestras críticas al libre comercio, Bush se quitaba el audífono de la traducción. Cuando me tocó hablar a mí una vez, salió de la sala", recordaba en estos días el presidente Hugo Chávez.
En la misma línea, el controvertido mandatario admitió que la "cordialidad" reinó en la V Cumbre de las Américas, y que "sin ser perfecta se acercó a la perfección".
Otro importante crítico, el nicaragüense Daniel Ortega, la decisión de los Estados Unidos de abrir un diálogo con América Latina. "El elemento nuevo es que estamos pasando a abrir un diálogo en nuevas condiciones con el gobierno de Estados Unidos", dijo en declaraciones exclusivas a RPP.
Los mandatarios sudamericanos también quedaron satisfechos de haber podido reiterar en persona a Obama su pedido de que Cuba sea reincorporada a estos foros regionales y se levante el embargo comercial que Washington le aplica a la isla desde hace 47 años.
"Es inentendible que Cuba no esté en estas cumbres", expresó el mandatario ecuatoriano Rafael Correa.
Obama, que se dijo abierto a un diálogo con Cuba y a un "nuevo inicio" en sus relaciones, subrayó no obstante que resolver este tipo de situaciones requiere tiempo y gestos significativos de buena voluntad de ambas partes.
Por citar otra opinión, el presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva, manifestó que "es posible crear una nueva dinámica, de compañeros" en el continente a partir de esta cumbre.
"Todos esperábamos que Chávez y Obama se fueran a atacar pero ocurrió exactamente lo contrario.
Si Chávez tuvo un problema grave en la era Bush, eso puede cambiar en la era Obama", concluyó.
Una dosis de escepticismo
El peruano Alan García rebajó el optimismo generado por la cumbre en las relaciones con Estados Unidos, ya que, aunque también alabó la personalidad de Obama y su disposición para escuchar, "los intereses básicos (estadounidenses) siguen primando", en referencia a sus puntos de vista sobre la democracia y el libre comercio.
"No creo que podamos adelantar ni pensar que haya quedado postergada la relación conflictiva, pero por lo menos tenemos unos meses de relación más fluida", indicó el gobernante en una entrevista con un diario peruano local.
Otro de los escépticos fue el presidente de Costa Rica, Óscar Arias, para quien, a diferencia de la Cumbre del G20, "donde se lograron cosas concretas muy importantes", en Trinidad y Tobago se discutieron otras "que no tenían mucha importancia".
"Sobre todo nos enfrascamos en una discusión sobre la declaración (final) que no tenía mayor relevancia" y que no logró un consenso, lamentó.
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