El vicepresidente de Venezuela, Ramón Carrizález, manifestó que estas personas se entrenaban en la zona para luego "infiltrarse" en Caracas y otras ciudades como parte de un plan desestabilizador.
El vicepresidente de Venezuela, Ramón Carrizález, aseveró que el peruano Pompeyo Ramírez García, nueve colombianos y un venezolano asesinados por desconocidos en octubre pasado, cerca de la frontera con Colombia, eran "paramilitares".
Manifestó que estas personas se entrenaban en la zona para luego "infiltrarse" en Caracas y otras ciudades como parte de un plan desestabilizador.
Ese presunto plan de "infiltración paramilitar" formaría parte del "ataque sistemático" de Colombia y Estados Unidos contra Venezuela, el cual, añadió, tiene como otros elementos el presunto espionaje colombiano en Venezuela y los renovados acuerdos militares de Bogotá y Washington.
"Se está materializando la amenaza" de Colombia y el imperio contra Venezuela, y "nosotros también nos estamos preparando para defender el territorio, para asegurar la soberanía", declaró Carrizález.
El asesinato, la semana pasada en el lado venezolano de la frontera con Colombia, de nueve colombianos, un peruano y un venezolano a manos de un grupo armado no identificado aún, se trató de un asunto entre paramilitares del vecino país, insistió.
El caso "tiene las características de que es un grupo paramilitar que estaba siendo entrenado y consolidado con otro objetivo, que hasta el momento no hemos podido descifrar", afirmó.
El grupo de personas, secuestradas por hombre armados el pasado 11 de octubre cuando jugaban fútbol en una zona del estado fronterizo de Táchira, y cuyos cadáveres fueron hallados 13 días después, "supuestamente se mantenían vendiendo maní, pero llevaban un nivel de vida que no se correspondía con este tipo de actividad", dijo el vicepresidente.
Carrizález señaló que en Táchira funcionaría una "base logística" desde la cual "seguramente" se desplegarían "elementos "hacia Caracas y otras regiones del país donde se han detectado paramilitares".
Ello, con la supuesta complicidad del gobernador de Táchira, el opositor César Pérez Vivas, quien ha rechazado las reiteradas acusaciones oficialistas de que apoya el paramilitarismo y denuncia que es el Gobierno de Hugo Chávez el que ha descuidado la seguridad en la frontera y permite la entrada de los irregulares colombianos.
Carrizález reiteró la denuncia sobre la presencia de espías colombianos en Venezuela, y sostuvo que así lo prueba de forma "irrefutable" un documento clasificado del Departamento Administrativo de Seguridad de Colombia (DAS) obtenido y divulgado esta semana por Caracas.
El Gobierno venezolano obtuvo el expediente colombiano en el marco de la investigación por la captura el pasado 2 de octubre en la ciudad central de Maracay, a 80 kilómetros al oeste de Caracas, de dos presuntos agentes del DAS cuando realizaban labores de espionaje.
El DAS ha negado que esos dos personas sean agentes suyos, aunque ha tildado de "grave y preocupante" que Venezuela tenga en su poder documentos reservados.
"Nosotros tenemos las pruebas de la presencia del agente del DAS (en Venezuela), de sus actuaciones. Y el mismo Gobierno colombiano nos ha esclarecido su condición" cuando acepta que "uno" de sus funcionarios" está detenido en Venezuela.
El DAS expresó el martes pasado su preocupación por la retención, en septiembre pasado en Venezuela, del agente secreto colombiano Julio Enrique Tocora Parra, quien se encontraba en un hotel de Maracaibo.
Según el organismo colombiano, el agente estaba allí tras aceptar una invitación de un funcionario del Servicio Administrativo de Identificación y Migración de Venezuela (Saime), para pasar unos días de descanso en ese país, "contraviniendo las disposiciones internas".
Ese agente del DAS "es detenido por un problema de identificación", por presentar una cédula venezolana "falsa, y enseguida sale un comunicado del Gobierno colombiano denunciando la detención de uno de sus agentes de Inteligencia quien se encontraba haciendo turismo en el país", señaló Carrizález. EFE
Manifestó que estas personas se entrenaban en la zona para luego "infiltrarse" en Caracas y otras ciudades como parte de un plan desestabilizador.
Ese presunto plan de "infiltración paramilitar" formaría parte del "ataque sistemático" de Colombia y Estados Unidos contra Venezuela, el cual, añadió, tiene como otros elementos el presunto espionaje colombiano en Venezuela y los renovados acuerdos militares de Bogotá y Washington.
"Se está materializando la amenaza" de Colombia y el imperio contra Venezuela, y "nosotros también nos estamos preparando para defender el territorio, para asegurar la soberanía", declaró Carrizález.
El asesinato, la semana pasada en el lado venezolano de la frontera con Colombia, de nueve colombianos, un peruano y un venezolano a manos de un grupo armado no identificado aún, se trató de un asunto entre paramilitares del vecino país, insistió.
El caso "tiene las características de que es un grupo paramilitar que estaba siendo entrenado y consolidado con otro objetivo, que hasta el momento no hemos podido descifrar", afirmó.
El grupo de personas, secuestradas por hombre armados el pasado 11 de octubre cuando jugaban fútbol en una zona del estado fronterizo de Táchira, y cuyos cadáveres fueron hallados 13 días después, "supuestamente se mantenían vendiendo maní, pero llevaban un nivel de vida que no se correspondía con este tipo de actividad", dijo el vicepresidente.
Carrizález señaló que en Táchira funcionaría una "base logística" desde la cual "seguramente" se desplegarían "elementos "hacia Caracas y otras regiones del país donde se han detectado paramilitares".
Ello, con la supuesta complicidad del gobernador de Táchira, el opositor César Pérez Vivas, quien ha rechazado las reiteradas acusaciones oficialistas de que apoya el paramilitarismo y denuncia que es el Gobierno de Hugo Chávez el que ha descuidado la seguridad en la frontera y permite la entrada de los irregulares colombianos.
Carrizález reiteró la denuncia sobre la presencia de espías colombianos en Venezuela, y sostuvo que así lo prueba de forma "irrefutable" un documento clasificado del Departamento Administrativo de Seguridad de Colombia (DAS) obtenido y divulgado esta semana por Caracas.
El Gobierno venezolano obtuvo el expediente colombiano en el marco de la investigación por la captura el pasado 2 de octubre en la ciudad central de Maracay, a 80 kilómetros al oeste de Caracas, de dos presuntos agentes del DAS cuando realizaban labores de espionaje.
El DAS ha negado que esos dos personas sean agentes suyos, aunque ha tildado de "grave y preocupante" que Venezuela tenga en su poder documentos reservados.
"Nosotros tenemos las pruebas de la presencia del agente del DAS (en Venezuela), de sus actuaciones. Y el mismo Gobierno colombiano nos ha esclarecido su condición" cuando acepta que "uno" de sus funcionarios" está detenido en Venezuela.
El DAS expresó el martes pasado su preocupación por la retención, en septiembre pasado en Venezuela, del agente secreto colombiano Julio Enrique Tocora Parra, quien se encontraba en un hotel de Maracaibo.
Según el organismo colombiano, el agente estaba allí tras aceptar una invitación de un funcionario del Servicio Administrativo de Identificación y Migración de Venezuela (Saime), para pasar unos días de descanso en ese país, "contraviniendo las disposiciones internas".
Ese agente del DAS "es detenido por un problema de identificación", por presentar una cédula venezolana "falsa, y enseguida sale un comunicado del Gobierno colombiano denunciando la detención de uno de sus agentes de Inteligencia quien se encontraba haciendo turismo en el país", señaló Carrizález. EFE
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