En medio de las discusiones sobre las garantías de seguridad a Ucrania en una posguerra, el presidente Volodímir Zelenski ratificó este 5 de septiembre que los aliados europeos discuten el posible despliegue de miles de tropas extranjeras en su país. Sin embargo, el mandatario ruso, Vladimir Putin, lanzó una advertencia directa: “serán objetivos legítimos que pueden ser destruidos".
El camino para acabar la invasión rusa a Ucrania se empantana cada vez más. Este viernes, 5 de septiembre, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, reiteró su rechazo a cualquier despliegue de tropas extranjeras en suelo ucraniano, pero esta vez su amenaza fue más directa al subrayar que se convertirían en un “objetivo legítimo” de ataque por parte de Moscú.
“Si se despliegan tropas allí, especialmente ahora, durante operaciones militares, asumimos que serán objetivos legítimos que pueden ser destruidos", declaró Putin, utilizando las palabras con las que describe la invasión que ordenó hace más de tres años.
Sus palabras llegan un día después del encuentro en París de la denominada ‘Coalición de los Voluntarios’, la mayoría europeos, tras el cual el presidente francés, Emmanuel Macron, declaró en rueda de prensa que 26 países-de los más de 30 reunidos-se habían comprometido a brindar garantías de seguridad posbélicas a Ucrania, incluyendo una fuerza internacional terrestre, marítima y aérea.

Aunque poco después Macron señaló que algunos países proporcionarían garantías estando fuera del territorio ucraniano, por ejemplo, ayudando a entrenar y equipar a las fuerzas de Kiev, el mandatario del país atacado sostuvo que más de 20 naciones están dispuestas a desplegar tropas en suelo ucraniano una vez culmine la guerra.
Y este jueves, Zelenski reiteró que se está discutiendo el despliegue de miles de tropas extranjeras en su país como parte de las garantías de seguridad para Ucrania.
"Es importante que estemos discutiendo todo esto. Sí, definitivamente serán miles, no solo unos pocos. Y esto es un hecho", declaró Zelenski en la ciudad de Uzhgorod, en el ocidente de Ucrania.
Se trata de uno de los puntos centrales de las tan nombradas garantías de seguridad que tanto Kiev como sus aliados exigen para negociar cualquier “acuerdo de paz”, por el que presiona el presidente de EE. UU., Donald Trump, un hombre que por años se ha mostrado afín a Putin, pese a los giros en su discurso y las amenazas de sanciones que ha lanzado en los últimos meses al Kremlin, como “aranceles del 100%”, aún sin cumplirse.
"Si se toman decisiones que conduzcan a la paz, a una paz duradera, entonces simplemente no veo sentido a su presencia en territorio ucraniano, punto", insistió Putin este jueves.
Pero hay razones para que Kiev y sus aliados no confíen en las palabras de buena voluntad de Vladimir Putin, y van más allá del recrudecimiento de los actuales ataques a lo largo del territorio ucraniano.
En contexto: ¿Por qué lograr un acuerdo de paz entre Kiev y Moscú es casi imposible?
Entre las razones con las que el Kremlin ha justificado la actual guerra a gran escala contra su vecino país se encuentran los acercamientos de Ucrania a Occidente tras la desaparición de la Unión Soviética de la que formó parte. Sus aspiraciones de unirse a la Unión Europea (UE) y a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), dirigida por Estados Unidos, fueron vistas por Moscú como una amenaza ante el posicionamiento de tropas occidentales más cerca a sus fronteras.
Pese a su independencia como país, para el Kremlin, Ucrania sigue formando parte de la geografía histórica de Rusia, evocando nostalgia del pasado sin reconocer la soberanía de su vecino como nación. “Rusos y ucranianos son un solo pueblo. En ese sentido, toda Ucrania es nuestra”, afirmaba Putin el 20 de junio de 2025. Una perspectiva que ejemplifica su postura de antaño y que mantiene al justificar la invasión, la captura y anexión de territorios ucranianos y las exigencias con las que busca imponer lo que Ucrania pueda decidir sobre su presente y futuro.
Además, Zelenski ha remarcado el incumplimiento previo de compromisos por parte de Moscú, como los acuerdos que culminaron la guerra del Donbass de 2014, en la que Rusia se anexionó la provincia de Crimea, en el sur de Ucrania.
Entonces, el conflicto terminó, pero solo fue la antesala de una guerra a mayor escala: la invasión actual, que Putin lanzó el 24 de febrero de 2022.

Ante una invasión que se ha prolongado por más de tres años y el impulso del actual gobernante de Estados Unidos, Donald Trump, por lograr un “acuerdo de paz” entre Kiev y Moscú y no solo un alto el fuego, tanto el Gobierno ucraniano como sus aliados europeos exigen y buscan garantías de seguridad “sólidas” para disuadir a Rusia en caso de que lanzara una nueva invasión.
El fortalecimiento del Ejército ucraniano y de la producción de armas de ese país, así como el despliegue de aliados occidentales en Ucrania son elementos cruciales para los aliados europeos.
Pero ante una postura enquistada por parte de Putin que se rehúsa a cualquier despliegue de otros países en su vecino país y la desconfianza latente de la otra parte que exige garantías reales y “sólidas”, hallar un punto de acuerdo parece una misión imposible.
Funcionarios de Europa y EE. UU. se reunirán pronto para coordinar sanciones a Rusia: Zelenski
El mandatario ucraniano aseguró que el encuentro tendrá lugar en "los próximos días".
La declaración fue respaldada por el presidente del Consejo Europeo, António Costa, que en rueda de prensa junto a Zelenski, sostuvo que una delegación de funcionarios de la Unión Europea viajará a Washington para colaborar con EE. UU. en la imposición de nuevas sanciones a Rusia.
"Demostramos que la Coalición (de los Voluntarios) no solo está dispuesta, sino que es capaz de cumplir; en resumen, estamos listos para el día después", afirmó en referencia a un posible acuerdo entre Kiev y Moscú para acabar la guerra.
Pero para que ese día llegue es necesario presionar a Putin para que se siente a la mesa de negociaciones, agregó Costa.
"Solo una mayor presión puede cambiar este rumbo, y estamos dispuestos a hacer más. Estamos trabajando con Estados Unidos y otros socios afines para aumentar nuestra presión mediante nuevas sanciones: sanciones directas y secundarias, más medidas económicas para presionar a Rusia a detener esta guerra, a detener las matanzas y a detener esta amenaza en Ucrania", declaró.