Centenares de combatientes irrumpieron en las instalaciones y se dispersaron por el edificio. Luego, se hicieron cargo de la protección de la casa del mandatario.
Los combatientes del movimiento rebelde yemení de los hutíes se hicieron con el control del palacio presidencial en Saná y bombardearon la residencia del jefe del Estado, Abdo Rabu Mansur Hadi, en un intento de forzar al régimen a cumplir sus exigencias.
La firma ayer de un cese de hostilidades entre representantes gubernamentales y los rebeldes no impidió que los hutíes, un movimiento chií seguidor del líder Abdelmalek al Huti, continuaran reclamando una mayor presencia en los círculos de poder.
En un discurso televisado pronunciado pocas horas después de que milicianos leales tomaran el palacio, Al Huti definió la situación como "un momento histórico excepcional" y advirtió a Mansur Hadi de que debe aplicar el acuerdo de paz firmado entre las partes porque, de lo contrario, "no descarta ninguna opción para velar por los intereses de los yemeníes".
El joven líder, de 33 años, recordó que "sus aspiraciones no tienen fronteras" y exigió reformar la comisión nacional, modificar la Constitución, promover la participación de los hutíes en el proceso político y mejorar la situación de seguridad.
En varios ocasiones, denunció una supuesta "conspiración" contra el pueblo yemení y lanzó múltiples críticas contra "la corrupción presente entre las filas del actual régimen", protegida, dijo, por el propio Mansur Hadi.
Aseguró también que el régimen yemení financió y promovió la expansión de Al Qaeda por el país para que impida el triunfo de la "revolución" de los hutíes en el marco de "una estrategia para profundizar la crisis".
EFE
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