Noda, de 54 años, se le puede considerar un sucesor natural del hasta ahora jefe de Gobierno Naoto Kan, con quien comparte la idea de sanear las maltrechas cuentas del país.
El ministro japonés de Finanzas, Yoshihiko Noda, conocido por su defensa de la disciplina fiscal en Japón, se ha convertido en virtual primer ministro pese a carecer del perfil mediático de otros candidatos que concurrían al puesto.
A Noda, de 54 años, se le puede considerar un sucesor natural del hasta ahora jefe de Gobierno Naoto Kan, con quien comparte la idea de sanear las maltrechas cuentas de un país que ha sufrido dos décadas de declive económico y que ahora debe emprender una costosa reconstrucción tras el desastre de marzo.
Biografía
Hijo de un militar de la Unidad Terrestre de las Fuerzas de Auto Defensa (Ejército) y nieto de agricultores, nació en Funabashi, provincia de Chiba, en 1957 y se licenció en Ciencias Políticas y Económicas por la prestigiosa Universidad tokiota de Waseda en 1980.
Tras completar sus estudios en el Instituto Matsushita de Gobierno y Gestión, creado por el fundador de Panasonic para formar líderes institucionales, se inició en política y acabo alistándose a principios de los 90 en las filas del Nuevo Partido de Japón, del ex primer ministro Morihiro Hosokawa.
A principios de la década pasada aterrizó en el PD, donde fue nombrado viceministro de Finanzas en el Gabinete de Yukio Hatoyama y se convirtió luego en responsable de esta cartera cuando su entonces titular, Naoto Kan, fue nombrado jefe de Gobierno, en junio de 2010.
Noda comparte con Kan el hecho de ser un dirigente hecho a sí mismo que carece del linaje de los pesos pesados de la política nipona y su distanciamiento con respecto al principal barón del partido, Ichiro Ozawa, cuyas posturas suele criticar la pequeña facción que él mismo lidera dentro del PD.
De pocas palabras
Sin embargo, a diferencia de Kan, Noda es un estadista de pocas palabras que apenas alimenta los corrillos de la Dieta (Parlamento) y que ha llegado a reconocer que no espera cosechar una gran popularidad mediática entre los japoneses, deseosos de dar con un líder carismático desde hace años.
Su fórmula para superar el principal reto que le aguarda es la misma que ha defendido como titular de Finanzas: acometer una subida de impuestos que ayude a sufragar la reconstrucción y sirva para sanear el gran déficit y la abultada deuda pública de Japón, la mayor del mundo desarrollado al duplicar su Producto Interior Bruto.
De los cinco candidatos a ocupar la presidencia del PD, él ha sido el único que ha defendido la subida impositiva, que despierta un fuerte rechazo en el seno del partido, especialmente por parte de la facción liderada por Ozawa.
Por ello, ha llamado a la unidad nada más conocer que lideraría una formación casi tan fracturada como el propio Parlamento, donde a su vez Noda no descarta la idea de una gran coalición de Gobierno con el Partido Liberal Demócrata, principal bloque de la oposición, para llevar a cabo la reconstrucción.
Además de acometer todas estas tareas, Noda se ha propuesto aclarar el futuro nuclear de Japón tras el accidente de Fukushima y solventar la tendencia deflacionista que ha sufrido el país en los últimos años y la reciente apreciación del yen, que perjudica a la economía exportadora japonesa.
En política exterior, es defensor de mantener y reforzar la tradicional alianza con EEUU, mientras que las relaciones con sus vecinos de Asia Oriental prometen ser más complicadas.
Esto se debe a unas polémicas declaraciones, que prácticamente constituyen su único desliz político, en las que aseguró que los militares sepultados en el santuario de Yasukuni de Tokio y declarados criminales de guerra Clase A son inocentes de dichos cargos.
Noda reiteró recientemente sus comentarios, realizados en 2005, lo que promete desatar las críticas de los países que estuvieron bajo dominio imperial japonés, como Corea del Sur y China, cuyo crecimiento militar preocupa además al nuevo primer ministro.
EFE
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