Siti Aisyah y Doan Thi Houng, sospechosas del asesinato, aseguran que les hicieron creer que participaban en una cámara escondida.
La indonesia Siti Aisyah y la vietnamita Doan Thi Houng, acusadas de envenenar a Kim Jong-nam, hermano del líder norcoreano, Kim Jong-un, tenían rastros en sus ropas del agente neurotóxico VX, según dijo este jueves Raja Subramaniam, director del Centro de Armas Químicas de Malasia. Los rastros degradados fueron detectados en las camisetas de las mujeres, las únicas detenidas por el crimen.
El testimonio de experto se produjo en la cuarta vista del proceso, que se alargará al menos hasta finales de noviembre y en el que la fiscalía llamará a declarar más de 100 testigos para probar la "intención de matar" de las mujeres, reporta el diario The Straits Times. Las acusadas se declararon "no culpables" durante la apertura del juicio el lunes. De serlo, serían condenadas a la pena de muerte.
El asesinato. El VX es un líquido oleoso incoloro, sin olor ni sabor, que tarda en evaporarse, ataca el sistema nervioso y causa la muerte. Está considerado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) como un arma de destrucción masiva. Su producción y almacenamiento fue prohibido en 1993. El pasado 13 de febrero, Kim se disponía a viajar a Macao, donde residía en el exilio, cuando dos mujeres le asaltaron en la terminal de salidas del aeropuerto de Kuala Lumpur y le frotaron el rostro con el veneno.
La autopsia realizada por forenses malasios determinó que el cadáver contenía residuos del tóxico en ojos, orina y sangre, además de en los objetos personales de la víctima. Doan y Aisyah aseguraron durante los interrogatorios con la Policía que creían que participaban en una broma para un programa de televisión y que el líquido utilizado era aceite para bebés. La defensa cuestiona la exposición al VX por parte de las acusadas ya que ni estas ni las personas que tuvieron contacto directo con el cuerpo contaminado de la víctima sufrieron síntomas de envenenamiento.
La versión de las acusadas. Las mujeres declararon a las autoridades que cuatro hombres, que presuntamente orquestaron el incidente, les pagaron unos 80 dólares a cada una por participar en el montaje. Los hombres, a los que la Policía identificó como norcoreanos, salieron del país el mismo día del asesinato y se encuentran en paradero desconocido. El tribunal ha rechazado publicar las identidades y nacionalidades de estas cuatro personas, también acusadas por el asesinato.
Los servicios de inteligencia de Corea del Sur y Estados Unidos atribuyeron el crimen a agentes norcoreanos. Pyongyang sostiene que Kim murió de un ataque cardíaco y acusa a las autoridades malasias de conspirar con sus enemigos, mientras insiste en identificar a la víctima como Kim Chol, el nombre que figuraba en el pasaporte con el que viajaba la víctima. (EFE)
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