Los medios públicos de Corea del Norte informaron que el subdirector del Departamento de Industria de Municiones, Ri Hyong-son, fue detenido por su implicancia en el accidente.
Los medios estatales de Corea del Norte informaron este lunes de que su nuevo destructor, dañado la semana pasada durante su ceremonia de botadura, se encuentra en reparación, y que se ha efectuado una nueva detención, un alto funcionario.
"En el lugar del accidente del lanzamiento del destructor, se están realizando activamente los trabajos para restablecer completamente el equilibrio del buque de guerra bajo la guía técnica de un grupo de expertos, según lo previsto", recogió hoy la agencia estatal norcoreana KCNA.
También añadió que se ha detenido a Ri Hyong-son, subdirector del Departamento de Industria de Municiones, por su implicación en el accidente, en el que se considera que tuvo "gran responsabilidad".

Corea de Norte informó el domingo de la detención de varios oficiales por su vinculación con el accidente. Fuente: EFE
Tres personas detenidas anteriormente
Corea de Norte informó el domingo de la detención de varios oficiales por su vinculación con el accidente, ocurrido durante la botadura de un nuevo destructor, en el marco de la investigación que está llevando a cabo sobre el incidente.
Los detenidos fueron Kang Jong-chol, el ingeniero jefe del astillero de Cheongjin, donde tuvo lugar el suceso; el jefe del taller de construcción de cascos, Han Kyong-hak, y el subdirector de asuntos administrativos, Kim Yong-hak, a quienes el régimen calificó como "responsables del accidente", según KCNA.
El accidente se produjo el pasado miércoles durante la botadura del destructor que estaba teniendo lugar en presencia del líder del régimen, Kim Jong-un, quien ha responsabilizado directamente a varios organismos, entre ellos el Departamento de la Industria de Municiones del Comité Central del Partido de los Trabajadores.
Este tipo de reconocimiento público de fallos técnicos o administrativos por parte de Corea del Norte es inusual, dado que el régimen suele ocultar incidentes que puedan interpretarse como señales de debilidad o incompetencia, especialmente en sectores estratégicos como el militar.
Pyonyang ha minimizado los daños sufridos por el navío, asegurando que "no son graves", pero ha prometido depurar responsabilidades por lo que considera un "acto criminal imperdonable" por "la imprudencia, la irresponsabilidad y la actitud empirista poco científica" que han permitido que algo así suceda.
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