Cho Ju-bin, de 25 años, dirigió una banda criminal desde mayo de 2019 a febrero de este año, tiempo en el que 74 personas, 16 de ellas menores, fueron chantajeadas y forzadas a enviar videos de contenido sexual.
El cerebro de una banda criminal en Corea del Sur que obligaba a mujeres, a veces menores, a grabar videos pornográficos que después subía a internet fue condenado el jueves a 40 años de cárcel.
La condena sorprende por su severidad, en un país donde los ciudadanos reclaman al gobierno desde hace años más firmeza a la hora de castigar este tipo de crímenes.
Cho Ju-bin, de 25 años, dirigió una banda criminal desde mayo de 2019 a febrero de este año, tiempo en el que 74 personas, 16 de ellas menores, fueron chantajeadas y forzadas a enviar videos de contenido sexual. Después, las imágenes eran publicadas en foros de pago o en la red de mensajes Instagram.
"El acusado distribuyó contenidos sexualmente ofensivos logrados con engaños o amenazas a las víctimas", dijo el tribunal del distrito central de Séul, según la agencia Yonhap.
Dada la gravedad de sus crímenes, Cho tendrá que estar "alejado de la sociedad durante un largo periodo de tiempo", según fuentes judiciales. Cinco de sus cómplices fueron condenados a 15 años de cárcel.
El año pasado, el gobierno surcoreano creó un equipo de expertos dedicado a rastrear e identificar contenidos ilegales de carácter sexual que se comparten en las redes.
En uno de los casos videos de sus relaciones sexuales, sin que sus parejas lo supieran, eran publicados después. Además, también fue condenado a cinco años por violación en grupo.
En Corea del Sur existe un fenómeno llamado "molka", que consiste en colocar cámaras ocultas en lugares públicos como baños, oficinas o transporte público, para filmar en secreto a mujeres. En 2018, decenas de miles de surcoreanas protestaron en las calles para exigir a las autoridades que reaccionen ante esta forma de acoso.
AFP
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