Geraldine Roman, la primera diputada transexual de Filipinas

Los filipinos han otorgado un escaño en el Congreso de los Diputados a un transexual, Geraldine Roman, por primera vez en su historia, según los resultados provisionales de las elecciones generales celebradas el lunes.

Roman, que se presentó por la provincia filipina norteña de Bataan, obtuvo más de 104.000 votos, lo que representa un 62 por ciento de los sufragios emitidos en su circunscripción.

"Estoy muy contenta, no ha sido fácil la campaña. Es una satisfacción inmensa", manifestó a Efe la nueva parlamentaria. "Ahora tengo que demostrar a todos mis críticos lo equivocados que estaban y que no es verdad eso que decían de que los transexuales no servimos para nada", agregó.

La primera medida que tiene en mente la filipina es desatascar un proyecto de ley contra la discriminación que lleva nueve años en el Congreso de los Diputados.

"La propuesta surge para garantizar la igualdad de las personas sin tener en cuenta la raza, el género o la religión", declaró Roman, quien explicó que existe un artículo de la Constitución que defiende ese derecho pero está "muy poco definido y es muy vago".

La Iglesia católica, a la que pertenece alrededor del 87 por ciento de los cien millones de habitantes del país, se opone a reconocer al colectivo LGTB (Lesbianas, gays, transexuales y bisexuales).

Roman, que cambió de sexo hace más de 20 años, proviene de una destacada familia política en Bataan y reemplazará a su madre, Herminia, como representante en el Congreso.

Su padre, Antonio Román, ya fallecido, también representó a Bataan en el Congreso entre 1998 y 2007. "Este puesto también es un reto para mí porque tengo que estar a la altura de mis padres y de cómo desempeñaron ellos su trabajo", expresó la filipina.