Corea del Sur eligió este martes a Moon Jae-in como su nuevo líder. El liberal lega al poder tras el escándalo de la 'Rasputina' y en medio de tensiones con Corea del Norte.
El liberal Moon Jae-in (64 años), un exabogado con experiencia en la defensa de derechos civiles, se convertirá en el décimo segundo presidente de Corea del Sur. Su elección simboliza el deseo de cambio después de que el caso de corrupción de corrupción de la "Rasputina" motivara la salida de la conservadora Park Geun-hye.
EL PERFIL DEL PRESIDENTE
Promesas y debilidades. Su imagen de activista amable y comprometido con las causas de los más débiles ha canalizado mejor que nadie el hartazgo que dejan diez años de Gobiernos conservadores y un escándalo de corrupción que ha desnudado las miserias de la política y el mundo empresarial surcoreano. Moon se comprometió a subir salarios, a crear 800,000 empleos públicos o a potenciar las pymes para reducir la concentración de riqueza y poder de los "chaebol" (los grandes conglomerados).
Pese a su victoria con más del 40% de los votos, existe cierto escepticismo sobre su capacidad para liderar un verdadero cambio. Sus críticos lo tachan de excesivamente idealista y políticamente insustancial. Tendrá que gobernar con un parlamento que domina su partido, el Partido Democrático, pero sin mayoría absoluta. Moon estará obligado a pactar durante los próximos cuatro años (las elecciones legislativas serán el 2020) con partidos de centro y de izquierda que pueden ponerle las cosas difíciles y explotar su supuesta falta de experiencia.
Relación con el Norte. Moon aboga por el diálogo con Corea del Norte ante la tensión por el programa nuclear y de misiles de Pyongyang. Esta semana dijo que Corea del Sur debería asumir un papel diplomático más activo para frenar la amenaza nuclear del régimen de Kim Jong-un y no ser solo un espectador mientras Estados Unidos y China conversan entre ellos.
Los opositores acusan a Moon de ser demasiado blando y cercano con Corea del Norte. Él ha buscado quitarle peso a estas críticas recordando su paso por las Fuerzas Especiales del ejército y asegurando que apoya las actuales sanciones a Pyongyang por sus pruebas de armamento. Ha abogado por una relación estrecha con el principal aliado militar del país, EE.UU., pero también ha dicho que Seúl no sea un simple siervo de Washington y desarrolle la capacidad para decir "no".

ASCENSO AL PODER
Inicios. De padres norcoreanos y nacido en el último año de la Guerra de Corea (1953) en un campo de refugiados de la isla sudoriental de Geoje, tras vivir casi toda su infancia en la cercana Busan (segunda ciudad del país) pasó a convertirse en líder estudiantil en la Universidad Kyunghee de Seúl. Moon encaja de este modo en el perfil del clásico líder de izquierdas surcoreano que luchó en las calles hasta la saciedad para derribar a las dictaduras militares de Park Chung-hee y Chun Doo-hwan.
Su rol al frente de numerosas manifestaciones contra el gobierno de Park (padre de la recién depuesta presidenta) hizo que sea detenido en varias ocasiones antes de licenciarse en derecho en 1980. Su pasado como líder prodemocrático causó que dos años después la junta del general Chun Doo-hwan le negara una plaza como juez. Esto fue providencial para que regresara a Busan y conociera a Roh Moo-hyun, quien sería presidente de Corea del Sur entre 2003 y 2008.
Cercano a la presidencia. Amigos inseparables, Moon y Roh llevaron varias demandas por violación de derechos humanos en los últimos años de dictadura desde un estudio de abogados de Busan. Tras la victoria de Roh (2002), el futuro presidente ocupó varios cargos como secretario gubernamental antes de retirarse de la política y volver a la abogacía. El suicidio de su amigo en 2009, a raíz de la implicación de varios de sus familiares en un caso de corrupción, hizo que retorne al ojo público.
Moon dirigó las exequias de su amigo y expresidente, algo que generalmente se reserva al hijo mayor del fallecido según la tradición coreana. Esto hizo que el Partido Democrático se fije en él como candidato para derrotar a Park Geun-hye en 2012, aunque la conservadora acabaría ganando. Católico, casado y con dos hijos, Moon sucede ahora a Roh, el último político liberal en presidir Corea del Sur tras el decenio conservador de Lee Myung-bak y Park. (Con información de EFE y AFP)


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