“Necesitamos un esfuerzo internacional con la ayuda de instituciones y la participación de mujeres y jóvenes”, dijo la activista en su primera aparición pública tras recibir el galardón.
La activista iraquí yazidí Nadia Murad, la flamante Premio Nobel de Paz, instó a la comunidad internacional a que se sumen a su lucha contra la violencia sexual en conflictos bélicos y contra el genocidio contra minorías, ya que considera que el galardón no es suficiente.
"Un solo premio y una sola persona no pueden lograr este objetivo, necesitamos un esfuerzo internacional con la ayuda de instituciones y la participación de mujeres y jóvenes, con la participación de las víctimas para traer de nuevo la vida a las regiones destruidas por la guerra", urgió Murad en Washington, en su primera aparición pública tras recibir el galardón.
La activista solicitó a los Gobiernos que apoyen su causa, la de proteger y buscar justicia para las víctimas de violencia sexual en conflictos y para los yazidíes, que fueron víctimas en 2014 del yihadista Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés).
El 3 de agosto de ese año, ISIS accedió a la comarca iraquí de Sinyar, en la que nació y creció Murad, quien se convirtió en una de las 3.000 niñas y mujeres que fueron sometidas a venta y reventa para su explotación sexual, una humillación que tuvo que sufrir durante tres meses, hasta que logró escapar.
El objetivo del Estado Islámico era acabar con los yazidíes, una minoría de etnia kurda a los que consideran infieles y que han sufrido 74 genocidios a lo largo de la historia.
La yazidí, de 25 años, solicitó a la comunidad internacional "trabajar juntos para hacerles responsables (a los criminales) y conseguir la justicia para las víctimas, especialmente para las de violaciones sistemáticas" del Estado Islámico y "otros grupos terroristas".
"Justicia no significa matar a todos los miembros que han cometido estos crímenes. Justicia es llevar a los miembros de ISIS ante un tribunal de derecho y juzgarles por los crímenes cometidos contra los yazidíes y que sean castigados por esos crímenes", explicó Murad al ser preguntada por qué implicaría esa "justicia" que reclama.
La activista lamentó que aún no se ha conseguido llevar a los responsables ante los tribunales por los crímenes de violencia sexual, aunque espera poder conseguirlo.
Murad comparte el Nobel de la Paz 2018 con el médico congoleño Denis Mukwege, que trabaja por la recuperación de mujeres violadas durante los conflictos armados, y ambos se reparten cerca de un millón de dólares, la dotación económica del galardón. (EFE)
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