La política conservadora fue elegida este martes como primera ministra de Japón, convirtiéndose en la primera mujer en ocupar el cargo. En su discurso tras la elección, hizo un llamado a la oposición a mantener la calma. “Queremos avanzar más allá de las diferencias partidistas”, señaló.
La elegida este martes como primera ministra de Japón, la conservadora Sanae Takaichi, auguró un mandato "difícil" y pidió estabilidad política para encauzar la economía del país asiático y mitigar el impacto del aumento de los precios.
"Tanto en la Cámara Baja como en la Alta (del Parlamento), el Partido Liberal Democrático (PLD) y el Partido de la Innovación de Japón (Ishin) carecen de mayoría", dijo Takaichi en su primera rueda de prensa tras su elección en la Dieta, el Parlamento japonés, este martes.
"El camino por delante será difícil", constató la líder del PLD y primera mujer en liderar Japón, que este lunes forjó una alianza con el opositor Ishin para sustituir al frente del país a Shigeru Ishiba, después de que este anunciara su dimisión en septiembre tras los malos resultados electorales cosechados durante su poco más de un año en el poder.
Así pues, Takaichi pidió calma a la oposición, sin la cual "no podemos conseguir estabilidad", añadiendo que la situación económica del país asiático "va a ser muy importante, por lo que queremos trabajar más allá de las diferencias partidistas".
El reto más urgente de la mandataria será mitigar el impacto del aumento de precios en un contexto de estancamiento o caída real de los salarios, que ha hecho que la ciudadanía acuse una pérdida del nivel de vida.
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Conservadora y referente del ala dura del PLD, Takaichi es considerada la heredera ideológica del exmandatario asesinado Shinzo Abe, y siempre ha tildado las políticas de su mentor y artífice del llamado 'Abenomics' como un éxito.
Estas políticas económicas, abanderadas por Abe en su longevo segundo mandato como primer ministro (2012-2020), estuvieron basadas en la flexibilización monetaria agresiva, el estímulo fiscal y reformas estructurales.
La estrategia llegó en un momento en el que la economía japonesa llevaba dos décadas de estancamiento y deflación, aunque el contexto económico en Japón es ahora totalmente opuesto al que había cuando 'Abenomics' fue implementado y algunos analistas consideran que Takaichi necesitará una receta económica distinta.