Más de 140 tigres fueron rescatados de un templo en el que eran explotados. Sin embargo, más de la mitad ha muerto y ahora los especialistas luchan contra el reloj para salvar a los sobrevivientes.
Más de la mitad de los 147 tigres confiscados en un controvertido templo de Tailandia, antaño un centro turístico, murieron por problemas genéticos, informaron el lunes las autoridades. Ahora, los especialistas buscan salvar a los, aproximadamente, 60 grandes felinos que sobreviven y entre los cuales hay varios que sufren de enfermedades.
El templo de Wat Pha Luang Ta Bua, en la provincia de Kanchanaburi (oeste), atrajo durante años a miles de turistas, que podían fotografiarse al lado de los numerosos tigres. Pero en 2016, los responsables del parque iniciaron una larga operación para sacar a estos grandes felinos, entre acusaciones de mala gestión y explotación de los animales. Docenas de cachorros muertos fueron encontrados en congeladores, lo que desató sospechas de que el templo vendía las carcasas.
Los ejemplares adultos que sobrevivieron fueron trasladados a dos centros en los alrededores de la provincia de Ratchaburi. Sin embargo solo 61 de los 147 lograron sobrevivir, informaron los responsables del parque a la prensa. "Puede estar relacionado con la endogamia", declaró el pasado lunes Pattarapol Maneeon, del Departamento de Conservación de Parques Naturales, Fauna y Flora.
"Tenían problemas genéticos que conllevaban riesgos para el cuerpo y el sistema inmunológico", agregó el representante. "La mayoría de los tigres ya se encontraban en un estado de ansiedad debido al traslado y al cambio de lugar (...) Después surgieron los problemas de salud", dijo por su parte Sunthorn Chaiwattana, otro miembro del departamento.
Vista del polémico templo del tigre en Tailandia
Lucha contra el reloj
Según han precisado desde entonces las autoridades, los tigres murieron después de haber contraído la enfermedad de Carré (moquillo). Y algunos de los que aún están vivos están enfermos. "Los veterinarios han dividido a los tigres enfermos en tres categorías", según los síntomas que presentan, declaró este viernes en una rueda de prensa Banpot Maleehuan, responsable del refugio de Kao Pratubchang en la provincia de Ratchaburi, a unos 100 kilómetros al este de Bangkok.
"Los que presentan los síntomas más graves serán operados", añadió el responsable de refugio, precisando que los felinos menos afectados también serían vacunados contra la enfermedad de Carré. Según Edwin Wiek, fundador de la ONG Wildlife Friends Foundation de Tailandia, las muertes de 86 tigres confiscados en el templo "podrían haberse evitado" si los refugios hubieran pedido ayuda.
Los responsables de Kao Pratubchang también presentaron cadáveres de tigres y la técnica a base de "formol" que utilizaban para conservarlos, ya que el tráfico de algunas partes este felino es muy lucrativo en la región. Estas últimas, muy buscadas en China y Vietnam por sus supuestas virtudes medicinales, pueden alcanzar precios astronómicos. Por otra parte, decenas de bebés tigres muertos habían sido encontrados en congeladores del templo Wat Pha Luang Ta Bua, probablemente para ser revendidos. (Con información de AFP)
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