La tormenta ha dejado tras de sí escenas de devastación que recordaron a las del tsunami que arrasó esta misma zona en marzo de 2011.
El tifón Lionrock atravesó el noroeste de la isla principal de Japón dejando a su paso lluvias torrenciales, ríos desbordados y graves inundaciones, lo que ha causado la muerte de al menos once personas y la desaparición de otras cinco.
Paso de destrucción. La tormenta, de intensidad fuerte según la Agencia Meteorológica nipona, llegó en la víspera a la costa nororiental de la isla de Honshu, la mayor del archipiélago nipón -la primera vez desde 1951 que un tifón hace este recorrido en el Pacífico-, y tras rebajarse su fuerza abandonó esta zona por su extremo noroccidental.
Ingrato recuerdo. A pesar de que las autoridades habían alertado a la población del riesgo de condiciones meteorológicas extremas y tomado medidas de precaución, el tifón ha dejado tras de sí escenas de devastación que recordaron a las del tsunami que arrasó esta misma zona en marzo de 2011.
Los más afectados. La peor parte se la llevó la prefectura de Iwate, donde las localidades de Iwaizumi y Kuji quedaron inundadas prácticamente en su totalidad al desbordarse varios ríos a raíz de las precipitaciones torrenciales que alcanzaron en 24 horas los 203 milímetros, su promedio para todo el mes de agosto.
Tragedia en residencia. En Iwazumi, nueve ancianos fallecieron tras quedar atrapados por el agua y el barro en la residencia donde residían, cuyo primer piso quedó anegado al salirse de su caudal un río en las proximidades.
Muertos. Las víctimas fueron halladas en el inmueble, después de que en la víspera otros 70 residentes y el personal del edificio adyacente del mismo centro fueran rescatadas a tiempo por helicópteros de las Fuerzas niponas de Auto Defensa (Ejército), según informó el Gobierno local. (EFE)
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