
(N + 1 / Ekaterina Rusakova). El primer emperador de la China unificada, Qin Shi Huang (259-210 a.C.), que llegó al poder a los 13 años, quería vivir para siempre y ordenó buscar el elixir de la inmortalidad en todo el país.
Según la Agencia de noticias Xinhua, los científicos llegaron a esta conclusión luego de analizar 48 tablas de madera con el decreto del emperador y las respuestas de las autoridades locales.
Vida eterna
En busca de un elixir de la inmortalidad, Qin Shi Huang, envió expediciones a las islas del Mar del Este y visitó la isla de Zhifu tres veces, en las que, supuestamente, había una montaña de la inmortalidad.
En los últimos 10 años de su reinado, realizó varios viajes de inspección por todo el país, en los que buscó a curanderos y magos que pudieran informarle sobre una cura para la muerte.
El emperador murió envenenado con mercurio, que era parte del elixir de la inmortalidad, hecho por médicos de la corte
Según el arqueólogo Zhang Chunlong, por las órdenes de Qin Shi Huang se creó un complejo sistema de atención médica y su correspondiente documentación, así como métodos de tratamiento que se utilizaron después de la muerte del emperador. Las personas de esa época conocían la cauterización, la acupuntura y los medicamentos de administración oral. Los médicos tenían derecho a tratar a los pacientes solo bajo la dirección del gobierno y se les exigía que registraran los detalles del tratamiento en los documentos oficiales.