Desde la caída del imperio del narcotraficante colombiano, estos animales naturales de África se han multiplicado sin control y ponen en peligro la supervivencia de otras especies.
(Agencia N+1 / Beatriz de Vera). Durante la década de 1990, el apetito por las drogas de los Estados Unidos convirtió al colombiano traficante Pablo Escobar en uno de los criminales más ricos de la historia. Sus ingresos superaban los US$ 30 mil millones, que gastó lujosamente en una gran propiedad para su familia y miembros de su cártel. La Hacienda Nápoles, así se llamaba la casa, fue un escenario de excesos conocidos mundialmente y retratados profusamente en la ficción. Entre otros muchos, estos incluían un zoológico repleto de animales exóticos transportados de todo el mundo.
Cando el imperio del delincuente colombiano se derrumbó, los animales fueron reubicados. Para algunos, como los leones y las jirafas, fue un proceso relativamente sencillo, pero los hipopótamos, enormes animales herbívoros que parecen plácidos pero son en realidad territoriales y peligrosos, lo tuvieron más difícil. Ahora, los cuatro hipopótamos originales del zoológico de Escobar se han multiplicado a más de 40 animales, aunque en realidad podrían ser 50, o incluso 60, porque son difíciles de rastrear.
La extraña situación llamó la atención del Profesor de la División de Ciencias Biológicas de Universidad de California San Diego (EE.UU.), Jonathan Shurin, quien a lo largo de los años ha colaborado con científicos colombianos en una variedad de proyectos científicos en ecología acuática. Durante los últimos dos años, trabajó con Nelson Aranguren-Riaño, de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (UPTC), en un proyecto de investigación de hipopótamos financiado por la National Geographic Society. Junto con estudiantes de UPTC, pescadores, investigadores y veterinarios, han analizado cómo la presencia de hipopótamos puede estar alterando los lagos cercanos y el río Magdalena.
“El tamaño de la población de hipopótamos, en la mayoría de su área nativa en África, está limitado por la sequía estacional, mientras que en Colombia el clima es básicamente cálido y húmedo todo el año, así que no atraviesan la dificultad anual del agua y la comida limitada, no necesitan luchar por los recursos y su la población está aumentando", explicó hace unos meses la investigadora de UC San Diego, Natalie Jones. Además, en África, los hipopótamos son cazados por leones cuando se alejan demasiado del agua, pero en Colombia, no existe tal depredador por lo que pueden moverse con más libertad.
Atractivo turístico
Cuatro horas al este de Medellín, en el municipio colombiano de Puerto Triunfo, los hipopótamos de la Hacienda Nápoles se han convertido en una atracción turística. Desde los días de Escobar, se han desplegado y formado grupos familiares en pequeños lagos de la región. Se puede ver a machos solitarios deambulando desalojados de sus familias cuando alcanzan la madurez, buscando atraer a sus propios compañeros. Las luchas de poder de los hipopótamos y las batallas por el dominio han resultado en la muerte de los machos perdedores. Según Aranguren-Riaño, "el riesgo para especies nativas como manatíes, tortugas y peces es alto y el efecto ambiental es impredecible. Es un gran problema porque migraron al río Magdalena y podrían extenderse a otras regiones estratégicas de Colombia ".
Los investigadores usan registradores de oxígeno para medir los ciclos de oxígeno acuático diarios, así como también instrumentos para estudiar muestras de microbiomas, plancton, insectos, invertebrados y una variedad de otros habitantes. También están capturando grabaciones de audio para caracterizar paisajes sonoros e identificar las diversas ranas, pájaros y murciélagos que llaman por la noche. Su análisis en la región abarca los impactos del hipopótamo que atraviesan un espectro de ocupación, desde un lago con una población de hipopótamos persistentes, desde lagos donde aparecen esporádicamente, hasta lagos donde nunca se los ha visto.
Shurin presentará los resultados iniciales de la investigación en junio en una conferencia de la Asociación de Ciencias de Limnología y Oceanografía en Colombia Británica. Si los resultados revelan impactos ambientales adversos de los hipopótamos, asegura que la situación se volvería más urgente para CORNARE (la Corporación Autónoma Regional de los Cuencos de los Ríos Negros), la agencia del gobierno local a cargo, para tomar medidas para gestionar la población de hipopótamos.
Esta noticia ha sido publicada originalmente en N+1, ciencia que suma.
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