El hecho de que el mandatario no reafirmara la oposición de Estados Unidos a la intervención de Rusia en Ucrania, abre la puerta a un eventual respaldo a la administración de Vladimir Putin.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dejó dudas el viernes acerca de su postura sobre la anexión de la región ucraniana de Crimea por parte de Rusia, a pocas semanas de su primera reunión bilateral con el mandatario del Kremlin, Vladimir Putin.
Cuando periodistas le preguntaron si estaba considerando, como se ha informado, abandonar la oposición de Washington al acaparamiento de tierras en 2014, Trump contestó: "Tendremos que ver".
El hecho de que el mandatario no reafirmara la oposición de Estados Unidos a la intervención de Rusia en Ucrania desalentará a los aliados europeos antes de la cumbre de la OTAN del próximo mes. Días después de que los líderes occidentales se reúnan en Bruselas el 11 de julio, Trump volará a Helsinki para su primera cumbre bilateral con Putin, el 16 de julio.
¿Concesiones a Moscú?
Aceptar que Crimea nunca volverá a estar bajo control ucraniano sería una importante concesión a Rusia, que debe soportar duras sanciones de comercio internacional por sus acciones.
A principios de 2014, con zonas de Ucrania en total caos a raíz de una revuelta callejera en Kiev que derrocó a un presidente prorruso, tropas rusas se apoderaron de Crimea. Se convocó un referéndum y el 18 de marzo del mismo año Rusia la anexó formalmente a su territorio. Ucrania se opuso firmemente a esta violación de su soberanía, con respaldo occidental.
Trump ha aprobado a regañadientes el envío de misiles antitanque estadounidenses para apoyar a las fuerzas de Ucrania, y otros altos funcionarios estadounidenses continúan insistiendo en que las sanciones se mantendrán hasta que Moscú retroceda. Pero el mandatario republicano siempre ha apoyado relaciones más cálidas con Rusia, y diplomáticos occidentales en Washington temen que haga grandes concesiones en Helsinki.
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