Para Trump, una de las principales causas de la mala situación económica en EE.UU. es el excesivo peso del Gobierno federal y la elevada carga de regulaciones.
El candidato republicano a la Presidencia de EE.UU., Donald Trump, ha dado a conocer su plan en Detroit, símbolo del declive industrial de Estados Unidos, para reactivar la economía norteamericana.
Revolución fiscal. En el Club Económico de Detroit (Michigan), el magnate ha prometido "la mayor revolución fiscal en el país desde el expresidente Ronald Reagan" con "rebajas de impuestos para la clase media" y "recortes masivos" de las regulaciones federales. El postulante republicano hizo mención la eliminación del impuesto de sucesiones, la reducción de la tasa a las empresas estadounidenses al 15 % desde el actual 35 %, la desgravación de los gastos por el cuidado de hijos y la rebaja del impuesto individual de ingreso.
"La ciudad de Detroit es un ejemplo de la agenda económica fracasada de mi oponente. Ella (en referencia a su rival demócrata Hillary Clinton) apoya impuestos altos y una regulación radical que ha expulsado los empleos de vuestra comunidad", dijo.
Proteccionismo comercial. Trump también en su discurso ha prometido proteccionismo comercial para devolver los empleos “a los que tienen menos”. De hecho, el multimillonario, cuyo gabinete económico está conformado de gente de Wall Street y del sector inmobiliario, considera necesario imponer barreras arancelarias a México y China. En ese contexto, ha reiterado que de llegar a la Presidencia sacaría a EE.UU. del Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP), que firmó junto con otros 11 países, y renegociaría el tratado de libre comercio de Norteamérica (TLCAN), sellado con México y Canadá en 1994.
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