En unas cuantas semanas desde su insóltia aparición, este colorido animal se ha convertido en una de las principales atracciones del Central Park mientras el misterio sobre cómo llegó de Asia a Estados Unidos crece.
En unas pocas semanas, se ha convertido en la nueva atracción de Central Park de Nueva York: un hermoso pato mandarín, llegado desde Asia a Estados Unidos de forma misteriosa, ha llegado a mezclarse con los patos más comunes para deleite de los caminantes, los turistas y los paparazzi.
Con su impresionante plumaje multicolor, este pato de origen asiático apareció en el famoso parque de esta ciudad en un hermoso día de octubre y fue captado por la cámara de un amante de las aves raras, David Barrett (@BirdCentralPark), que compartió el video en la red Twitter. Desde entonces, las idas y venidas de este magnífico ejemplar de la familia de las anátidas son seguidas de cerca en las redes sociales, e incluso tuvo su momento de gloria al aparecer en el prestigioso diario The New York Times.
Aparición misteriosa
Nadie sabe cómo llegó allí. Algunos inicialmente pensaron que se había escapado de algún zoológico, pero los jardines de la ciudad lo descartaron. Otros han especulado que puede haber sido abandonado por el hogar al que pertenecía, incluso si eso supone que vino desde más allá de Nueva York, ya que las leyes de la capital financiera de Estados Unidos prohíben tener un pato en casa.
Este misterio solo ha alimentado la popularidad del pato, quien también es protagonista de fugas ocasionales, que lo han hecho desaparecer en ocasiones durante dos semanas seguidas. Fue visto, con su anillo negro en la pata derecha, varias veces en el estado de Nueva Jersey, al otro lado del East River, aunque no se sabe si nadó o voló al otro lado.
Así, se convirtió en una estrella apodada por el sitio de noticias neoyorquino Gothamist como "Mandarin Patinkin", en homenaje al actor Mandy Patinkin, de The Princess Bride y Homeland. El martes, el pato mandarín se relajaba bajo los objetivos de los fotógrafos en el estanque situado en el sureste de Central Park, a pocos metros del gran hotel The Plaza, picoteando las migas de pan que le lanzaban los curiosos.
AFP
Comparte esta noticia