Se trata del terrorista confeso Ahmed al-Darbi, quien será extraditado a Arabia Saudita para cumplir su sentencia.
El Gobierno de Estados Unidos anunció este miércoles la extradición a Arabia Saudita de un terrorista confeso de Al Qaeda, que estaba recluido en la prisión de Guantánamo desde el año 2002.
Se trata de Ahmed al-Darbi, quien se declaró culpable en 2014 por un ataque con bomba a la embarcación petrolera MC Limburg en 2002. El saudí llegó a un acuerdo con las autoridades estadounidense 2014, en el que se declaró culpable de todos los cargos y renunciaba a su derecho a apelar a cambio de ser extraditado a su país de origen.
"Estados Unidos se coordinó con el Gobierno del reino de Arabia Saudí para asegurar que el traslado cumple con los estándares existentes para su seguridad y que recibe un trato humano", explicó el Pentágono a través de un comunicado.
Sentencia y acuerdo
Al-Darbi fue declarado culpable de los cargos de ataque a civiles, dañar un navío, terrorismo, tentativa de dañar un navío y tentativa de terrorismo. Por estos delitos podía haber enfrentado hasta tres cadenas perpetuas y dos condenas de 20 años cada una. En total fue sentenciado a 13 años de prisión como parte de su acuerdo.
El saudí accedió a no demandar a Estados Unidos, respecto de su captura ni a revelar las condiciones de su internamiento en el centro de la base naval de Guantánamo. Por eso podrá cumplir el resto de su sentencia en Arabia Saudita.
Vínculo con Al Qaeda
Su vinculación con Al Qaeda inició a mediados de los años noventa, cuando la organización terrorista eta dirigida por Osama Bin Laden. Al Darbi se encargó de instruir en los campos de entrenamiento del grupo terrorista en Afganistán y se unió a la célula principal cuyo objetivo era infligir el mayor daño posible a los intereses occidentales en la costa de Yemen y el Estrecho de Ormuz.
Entonces entró en contacto con Abd Al Rahim Al Nashiri, quien planificó el atentado de 2000 contra el destructor estadounidense USS Cole. Fue él quien propuso aplicar esa misma técnica contra alguno de los muchos petroleros que navegaban por la zona.
Al Darbi se encargó de la logística y se desplazó a Arabia Saudita para comprar un buque de madera de gran tamaño, un sistema de geolocalización y una grúa para poder cargar en el navío las barcas rápidas con las que embestirían al Limburg.
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