Los parientes del presidente venezolano fueron hallados responsables de conspiración para importar, manufacturar y distribuir cocaína en Estados Unidos.
Un jurado declaró este viernes culpables en Nueva York a dos sobrinos de la pareja presidencial de Venezuela, que durante dos semanas fueron sometidos a un juicio tras ser acusados de conspirar para exportar y distribuir cocaína en EE.UU.
Luego de seis horas y media de deliberaciones, el presidente del jurado, compuesto por siete mujeres y cinco hombres, dio a conocer su veredicto, que tenía que ser por unanimidad, contra Efraín Antonio Campo Flores y Francisco Flores de Freitas, que vestían ropa de civil y que a partir de hoy cambiarán por el uniforme carcelario que usaron a inicios del caso. La defensa había presentado una moción al tribunal para que durante el juicio se les permitiera no usar el uniforme de la cárcel federal donde están desde que fueron arrestados el 10 de noviembre de 2015, en Haití, y después trasladados a EE.UU.
Sentencia pendientes. La condena, por unos delitos que tienen una pena mínima de diez años y una máxima de cadena perpetua, será dada a conocer más adelante por el juez, aunque, en principio, se ha fijado la fecha para el próximo 7 de marzo.
Campo Flores, de 30 años, y Flores de Freitas, de 31, sobrinos de la primera dama de Venezuela, la senadora Cilia Flores, quedaron impávidos cuando el presidente del jurado leyó la decisión.
Posible apelación. Antes de salir de la sala del juez Paul Crotty, quien presidió el caso, los reos dieron las gracias a sus abogados con un apretón de manos y un abrazo. Hoy no estuvieron presentes la esposa de Campo Flores ni la novia de Flores de Freitas, quienes acudieron el primer día del juicio.
La defensa manifestó el desacuerdo de sus clientes con la decisión y señaló que presentarán mociones que no especificaron. "Queremos ver cuáles son los próximos pasos", dijo Randall Jackson, abogado de Campo Flores.
La acusación. El juicio, que se realizó con la presencia del agente de la DEA a cargo del caso, Sandalio González, quien arrestó a los dos venezolanos, comenzó el pasado 7 de noviembre, un año después de que los acusados fueran detenidos en Haití y trasladados casi inmediatamente a Estados Unidos.
Ambos fueron acusados por la fiscalía federal para el distrito sur de Manhattan de conspirar para exportar y distribuir un millonario cargamento de 800 kilogramos de cocaína a este país, que sería enviado a Honduras desde el terminal presidencial en el aeropuerto de Maiquetía de Venezuela, y de allí a Estados Unidos.
Para probar su caso, la fiscalía presentó grabaciones de las conversaciones sostenidas por los ahora convictos con narcotraficantes que participarían en la conspiración, así como fotos y copias de mensajes. Las evidencias fueron recopiladas por informantes que eran pagados por la DEA durante reuniones sostenidas por los acusados en Honduras y Venezuela.
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