La decisión ha sido duramente cuestionada por grupos que defienden los derechos de los inmigrantes.
Texas anunció este viernes que se convertirá en el primer estado de EE.UU. que se niega a acoger refugiados, después de que el presidente estadounidense, Donald Trump, diera a los territorios del país la opción de no recibirlos.
El gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, envió una carta al secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, en la que afirmó que su estado "no puede comprometerse con los planes iniciales de reasentamiento de refugiados para el año fiscal 2020".
Texas es el estado que más refugiados recibe del país, con casi 2.500 en el año fiscal 2019, por lo que el anuncio generó críticas de grupos que defienden los derechos de los inmigrantes.
"Estamos decepcionados por esta atroz violación de nuestra libertad religiosa", dijo en un comunicado el Servicio Luterano de Inmigración y Refugiados, una de las principales agencias que trabajan con este colectivo en el país.
"Históricamente, Texas ha sido una fuente de esperanza para los refugiados en todo el mundo, y es indignante que el estado esté intentando dar marcha atrás ahora a su legado de bienvenida y compasión", añadió.
Abbott atribuyó su decisión a las presiones que ha experimentado Texas como resultado de acoger "más refugiados que ningún otro estado" desde 2010 y, además, lidiar "con problemas de migración desproporcionados" relacionados con su ubicación fronteriza.
El gobernador se acogía así a lo establecido en una orden ejecutiva firmada en septiembre por Trump, que dio a los estados la posibilidad de ser excluidos de la distribución de refugiados que organiza el Gobierno federal.
Hasta ahora, 41 de los 50 gobernadores del país, incluidos 18 republicanos, han aceptado acoger refugiados en su territorio en el año fiscal 2020, según un recuento del citado Servicio Luterano de Inmigración y Refugiados. (EFE)
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