La canadiense Cheryl Wenzel pagó 70 mil dólares en cumplimiento de la última voluntad de su esposo, un tatuador profesional fallecido en octubre último. Una empresa de EE.UU. extraerá la dermis del cuerpo, que luego será exhibida en una exposición.
Chris Wenzel, un tatuador profesional canadiense de 41 años, murió el pasado 29 de octubre de una colitis ulcerativa. Su esposa Cheryl, devastada por la noticia tomó una decisión que ha causado revuelo en el mundo: atesorar los grabados de su piel como recuerdos.
"Solía decirme que los tatuajes se llevan con uno hasta la muerte", dijo Cheryl a la cadena CTV de Saskatoon, al relatar que a su esposo le gustaba lucir sus tatuajes en su pecho, espalda, brazos, piernas y en casi todo el cuerpo.
La viuda al enterarse de la existencia de la empresa estadounidense Save My Ink Forever con sede en Ohio, que en español significa “Salva mi tinta por siempre”, se puso en contacto con el personal y pagó más de 70 mil dólares a la firma para que procedan a extraer la dermis del cuerpo de su esposo.
"Quería que les quitaran sus tatuajes y los mostraran a todo el mundo", dijo la viuda de 40 años. "Él siempre decía: '¿Por qué me ponen todas estas horas de tatuajes y nadie puede verlos? ¿Por qué enterrarse con ellos?", dijo.
Según la cadena de noticias CTV, el proceso consiste en retirar de forma quirúrgica la piel del difunto y tratarla con una fórmula química. Esto se realiza con el fin de preservarla y el proceso dura aproximadamente tres meses.
Kyle Sherwood, dueña de la compañía Save My Ink Forever, contó que mucha gente la expresó su deseo de preservar los tatuajes de sus familiares y de allí nació la idea del negocio. “Nadie quemaría un Picasso y eso es lo que algunas de estas piezas son”, dijo.
Piel será exhibida
Cheryl afirmó que cuando tenga en sus manos la muestra de su difunto esposo, ésta será exhibida en una exposición la próxima primavera, aunque todavía no define el lugar. Dijo que cuando le llegue la hora de su muerte, también se someterá a este tratamiento porque “sé que algún día estaré colgado junto a mi marido”.
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