Los muertos por los incendios alrededor de Atenas ya son al menos 50, la mayoría en Mati, un balneario al sur de la capital griega.
El balance de los incendios voraces que han arrasado suburbios de Atenas, capital de Grecia, subió repentinamente a 50 muertos después del hallazgo de 26 cuerpos carbonizados en una casa en Mati, al este del Ática. Según este informe aún provisional, al menos 172 personas han resultado heridas, entre ellas 11 de gravedad. Los cuerpos de las víctimas hallados en una casa estaban abrazados y carbonizados, según observó un fotógrafo de la agencia AFP el martes en la mañana.
Los fallecidos, al parecer, no lograron llegar al mar que está muy cerca para protegerse del incendio, estimaron los bomberos tras indicar que el incendio se apaciguó en Ática pero que en Kineta, a unos 50 km al oeste de Atenas, seguía muy activo. Alrededor de la capital griega, la mayoría de las víctimas se registraron en Mati, un balneario situado a unos 40 km. al este de la capital, donde hay numerosas viviendas rodeadas de bosques de pinos.
Casi todas las víctimas "murieron en las viviendas o en los autos", declaró el portavoz del gobierno griego Dimitris Tzanakopoulos. Al menos cuatro personas fueron halladas muertas en el mar, adonde escaparon cuando el avance de las llamas obligó a los residentes a correr a las playas en pánico. Las autoridades portuarias, indicaron a la agencia AFP que se trataba de tres mujeres y un niño.
El ministro del Interior Panos Skurletis indicó en la televisión pública ERT que las autoridades "siguen buscando si hay otros desaparecidos". "El infierno de Dante", tituló el martes el diario Ta Nea (oposición centrista), "Ática en cenizas", resumía por su parte el diario de centro-izquierda Ethnos. El país vive una ola de calor, con temperaturas de hasta 40 ºC, y según los servicios meteorológicos las condiciones seguirán siendo complicadas este martes.
Actividad sospechosa
Los bomberos y otras fuerzas de seguridad y rescate seguían luchando el martes contra las llamas en Ática al tiempo que estallaban otros incendios en otras regiones griegas. Nueve patrullas costeras, dos buques militares y docenas de barcos privados asistidos por helicópteros del ejército se movilizaron toda la noche para evacuar hacia el puerto de Rafina, cerca de Mati, a los residentes y los turistas que huyeron de las llamas en las playas y en el mar.
Los primeros rescatados fueron trasladados a hoteles y campos militares, mientras que familiares y amigos se acercaban angustiados a Rufina. Ante esta situación, la presidencia de la República anuló los actos anuales previstos el martes para conmemorar el restablecimiento de la democracia en Grecia, en julio de 1974. El primer ministro griego, Alexis Tsipras, redujo la duración de un viaje a Bosnia para regresar a su país a controlar la situación.
Refuerzos europeos
Tsipras exhortó a las personas que viven en las zonas más afectadas por los incendios a "recordar que lo más importante es la vida" y a no arriesgarla por el deseo de proteger los bienes a toda costa. El primer ministro griego dijo estar "preocupado por el hecho de que estos focos se hubieran desencadenado en paralelo", lo que daba a entender que sospechaba que los fuegos podrían tener un origen criminal.
El portavoz del gobierno, Dimitris Tzanakopoulos, anunció también que España enviaría al país dos aviones, y Chipre un equipo de 60 bomberos. Grecia activó el mecanismo europeo de protección civil para obtener ayuda de sus socios. Según el secretario general de Protección Civil, Yannis Kapakis, los incendios se vieron azotados por vientos de más de 100 km/h, una "situación extrema".
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